¡Adquiriendo Sabiduría! – en Las Manos De DiosMuestra

Intenciones de nuestro corazón

Este capítulo empieza hablando en sus primeros versos acerca del crisol para la plata y la hornaza para el oro. El crisol es un recipiente normalmente hecho de grafito con cierto contenido de arcilla y que puede soportar elementos a altas temperaturas, ya sea el oro derretido o cualquier otro metal, normalmente a más de 500 °C. Y la hornaza es un horno pequeño que usan los plateros y fundidores de metales para derretirlos y hacer sus fundiciones. Ambos son necesarios para la purificación de estos metales.

Muchas veces buscamos buenos resultados, pero no nos disponemos a pasar por los procesos necesarios para obtenerlos. El crisol y la hornaza prueban la plata y el metal a través de procedimientos con altas temperaturas. Y Dios es el que se encarga de poner a prueba las intenciones de nuestro corazón. Porque hay acciones buenas, con malas intenciones y acciones que a simple vista parecen malas, con una intención noble.

Filipenses 1:15 expone un tema similar, en donde se menciona personas que predicaban por envidia y otras que lo hacían de buena voluntad. ¿Cómo es posible que alguien haga algo tan bueno como predicar con una intención tan egoísta? Claro que es posible, y muchas veces nosotros lo hemos experimentado. A veces las personas tienen un buen gesto o dan unas palabras positivas acerca de alguien, pero con una intención manipuladora y engañosa. De esto nos advierte este Proverbio. No solo enfocarnos en las acciones, sino en la intención de nuestro corazón. Este es un buen momento para preguntarnos ¿Qué motivan nuestras acciones?

Solo Dios conoce qué motiva nuestro corazón, por eso debemos dejar que Él nos escudriñe, corrija y guíe en todo momento.