¡Aceptando La Voluntad De Dios!Muestra

Querido lector:

Todos, en algún momento de nuestro viaje de fe, luchamos con la idea de conocer cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Hay quienes piensan, erróneamente, que la voluntad de Dios los llevará a un lugar o situación que, en ocasiones, les hará sufrir o hacer algo para su gloria que normalmente no harían.

Otros creen que la voluntad de Dios es algo que se nos impone a la fuerza; aunque la realidad es otra. Creo que la perfecta voluntad de Dios es un asunto de gran importancia para todos aquellos que dicen amar al Señor, ya que existe una gran diferencia entre someterse a la voluntad de Dios y aceptar su voluntad.

Verás, someterse significa “sujetarse a” o “rendirse a condiciones impuestas”. A menudo, uno piensa en someterse en términos de castigo o disciplina. Por ejemplo, en la guerra del Golfo, el gobierno de Irak fue obligado a someterse a condiciones de castigo por las Naciones Unidas. Los iraquíes no aceptaron esta disciplina impuesta; más bien, se sometieron a ella.

Tristemente, muchos cristianos ven la voluntad de Dios de esta forma. Se imaginan a Dios como alguien que demanda que se rindan a un grupo de reglas, normas y condiciones; como quien dice: “¡Hazlo a mi manera, o no contarás con mi favor!”

¡Pero cuán equivocados están! El Dios de gracia, compasión y bondad dista mucho de esta manera de pensar. ¡Lo cierto es que, cuando un creyente conoce la perfecta voluntad del Señor, él la aceptará con gozo y esperanza! Aceptar significa “tomar, abrazar, recibir”, como en una expresión de amor y afecto. Sin embargo, la triste realidad es que muy pocos cristianos aceptan la perfecta voluntad de Dios.

Lo interesante es descubrir que la perfecta voluntad de Dios no es solamente para ministros o santos profundamente espirituales, sino para todos sus hijos. El Nuevo Testamento nos exhorta: “para que viváis el resto de vuestra vida sobre la tierra, nosujetosa los deseos terrenales, sino conforme a la voluntad de Dios.” (1 Pd. 4:2). “Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por siempre jamás. Amén..…” (Heb. 13:21).

Cuando uno ve la historia de los apóstoles en el marco del nuevo pacto, logra percibir que ellos soñaban con que cada miembro de la iglesia conociera la perfecta voluntad de Dios para sus vidas y la aceptara. Lo cierto es que conocer la voluntad de Dios constituye la base para tomar decisiones correctas y es el centro para realizar nuestra declaración de misión y visión.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).