Vayan AhoraEjemplo

Ha habido muchas ocasiones en las que quise compartir mi fe con otros, pero el miedo me detuvo. El miedo es real. El miedo te hace sentir asustado e intimidado. El miedo te hace asumir el peor resultado en lugar del mejor. Miedo al rechazo, miedo al ridículo, miedo al fracaso: estos miedos nos impiden contarles a otros las buenas nuevas acerca de Jesús. Entonces, la pregunta es, ¿cómo afrontamos nuestros miedos y los superamos? La respuesta es, con amor. No el amor humano, que puede ir y venir, sino el amor perfecto de Dios. En nuestras Escrituras de hoy, dice que "el amor perfecto echa fuera todo temor". Dios es amor. Él no creó el amor ni formó el amor; Él es amor. Sin embargo, por su Espíritu Santo, Él hace crecer el amor dentro de nosotros, ya que el amor es un fruto del Espíritu. Entonces, cuando pasamos tiempo en su presencia, en adoración, oración y lectura de su palabra, crecemos en coraje y audacia. Nuestros corazones también comienzan a sentir las cosas que quebrantan el corazón de Dios, especialmente las personas que nos rodean. A menudo, cuando paso tiempo con Dios, amo más a las personas y deseo compartir más mi fe con ellas. Cuando amamos a las personas más de lo que les tememos, compartiremos nuestra fe con ellas.

Hoy en día, no necesitamos esforzarnos por no tener miedo; solo necesitamos pasar un tiempo en la presencia de Dios y pedirle que nos transforme de adentro hacia afuera, para que el miedo no nos impida compartir nuestra fe con los demás.

¿Con quién puedes iniciar una conversación hoy o compartir tu historia? Quizás puedas comenzar enviándoles un mensaje para animarlos. Si el pensamiento de eso te está causando miedo en este momento, entonces arriésgate y verás cómo Dios está contigo.