Cuando el ambiente no es el ideal

Versículo clave:

“Siervos, sométanse con todo respeto a sus amos, no solo a los buenos y comprensivos, sino también a los insoportables.” — 1 Pedro 2:18 (NVI)

Reflexión:

Nos ha pasado más de una vez. Estar en un ambiente donde sentimos que no somos valorados, donde el liderazgo parece injusto, donde los roces con compañeros de trabajo o incluso dentro de la iglesia nos llevan a cuestionarnos: ¿Es hora de irme? ¿Dios realmente quiere que aguante esto?

Vivimos en una cultura que nos dice que, si algo nos incomoda, debemos salir de ahí lo más rápido posible. Pero, ¿es siempre la solución correcta? La Biblia nos confronta con un concepto difícil: permanecer. No solo cuando el jefe es comprensivo, el líder es justo y el ambiente es agradable, sino también cuando las circunstancias nos desafían.

Una vez pasamos por una situación donde queríamos renunciar y salir corriendo. Nos dolía la forma en que nos trataban, sentíamos que no éramos apreciados y, para ser honestos, todo dentro nuestro gritaba: Basta, ya fue, nos vamos. Pero Dios nos dijo algo muy claro: “Quédense. Yo estoy trabajando en su carácter”.

Nos dimos cuenta de que muchas veces Dios nos lleva a situaciones incómodas no para destruirnos, sino para moldearnos. Enfrentar dificultades en el trabajo o en la iglesia puede ser parte del proceso que Dios usa para refinarnos y enseñarnos a depender más de Él. No significa soportar abuso o injusticia extrema, pero sí nos desafía a preguntarnos: ¿Estoy buscando honrar a Dios en esta situación, o solo quiero salir de mi incomodidad?

Hoy queremos animarte a cambiar la perspectiva. No pongas tu mirada solo en lo que te molesta, sino que pregúntate: ¿Qué quiere Dios enseñarme aquí? Recuerda, tu fidelidad en lo pequeño abre la puerta para lo grande.

Momento Espejo:

1. ¿Cómo reacciono cuando me enfrento a líderes difíciles o injustos?
2. ¿Estoy buscando honrar a Dios en mi actitud, sin importar cómo me traten los demás?

Acciones para hoy:

• Ora y entrégale a Dios la situación que estás viviendo. Pídele sabiduría para responder con gracia y paciencia.
• Elige un acto de honra hacia esa persona difícil: ora por ella, bendícela o respóndele con respeto, sin importar su actitud.