Día 2: Dios usa los momentos difíciles para moldearnos.

Versículo clave:

“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo.” — Colosenses 3:23 (NVI)

Reflexión:

Si ayer hablamos de la dificultad de permanecer en un ambiente difícil, hoy queremos profundizar en el propósito de Dios en medio de la dificultad. Pero sí, Dios tiene un propósito, incluso en esos lugares donde quisiéramos salir corriendo.

Nos gusta pensar que Dios solo nos pone en lugares donde nos sentimos bien, pero la realidad es que muchas veces Dios usa la incomodidad para hacernos crecer. Pensamos en Moisés, quien pasó 40 años en el desierto antes de liderar al pueblo. O en José, que sufrió injusticias y traiciones antes de llegar a gobernar Egipto.

En nuestro caso, nos dimos cuenta de que las situaciones difíciles sacan a la luz lo que realmente hay en nuestro corazón. Si alguien nos trata injustamente, ¿cuál es nuestra reacción? ¿Resentimiento? ¿Críticas? ¿Orgullo?

Dios nos permite pasar por esto porque está puliendo algo en nosotros. No es cómodo, no es fácil, pero es necesario. Queremos madurar, pero no queremos el proceso que nos lleva a la madurez. Queremos paciencia, pero sin ser probados. Queremos humildad, pero sin ser humillados.

Entonces, si hoy estás en un ambiente difícil, en vez de preguntarte “¿Cuándo salgo de aquí?”, intenta hacer esta otra pregunta: “Señor, ¿qué estás trabajando en mí?”. Quizás Dios te está enseñando a ser paciente, a amar incluso cuando no te aman de vuelta, o a depender más de Él y menos de las circunstancias.

El proceso no es eterno. Dios no nos deja en estos lugares sin propósito. Pero sí quiere que salgamos de ellos transformados, no amargados.

Momento Espejo:

1. ¿Qué está revelando esta situación sobre mi carácter?
2. ¿Estoy permitiendo que Dios trabaje en mí o solo estoy esperando que todo cambie?

Acciones para hoy:

• Escribe en un cuaderno tres maneras en las que esta situación difícil puede estar fortaleciéndote o enseñándote algo valioso.
• Comprométete a evitar quejas hoy. En lugar de quejarte de la persona o situación, decide agradecer a Dios por lo que Él está haciendo en ti.