Fe Sin Filtro: Viviendo Lo Real Con DiosMuestra

Cuando dejamos de actuar y empezamos a ser
Dios ya conoce cada pensamiento. Cada duda que no te atreves a confesar. Cada caída que intentas olvidar. Él no se sorprende, no se escandaliza, y mucho menos se aleja. Lo que para ti es una mancha, para Él es un punto de encuentro. La fe no empieza cuando logramos mantener una fachada de fortaleza, sino cuando dejamos de intentar impresionar a quien ya nos conoce desde antes de que fuéramos conscientes de nosotros mismos.
El cristianismo no se trata de una actuación, sino de una rendición. Pero la mayoría de nosotros aprendimos a “comportarnos bien” en lugar de aprender a ser honestos. Sabemos qué decir en una oración, cómo sonar espirituales, cómo mostrar el lado luminoso de nuestra historia y esconder el desorden que aún nos habita. Sin embargo, la fe madura no florece en escenarios bien iluminados, sino en los espacios donde nos quedamos sin guion.
Timothy Keller (Uno de mis autores favoritos) solía decir que el evangelio es este mensaje doble: somos más pecadores y defectuosos de lo que jamás nos atreveríamos a creer, pero más amados y aceptados en Cristo de lo que jamás nos atreveríamos a esperar. Esa tensión —entre verdad y gracia— es el lugar donde nace la autenticidad espiritual.
Y ahí es donde el llamado de Jesús cobra sentido: “Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”. No dijo “imiten mi éxito”, ni “repitan mis milagros”, sino “aprendan de mi manera de ser”. La humildad de Cristo no era una estrategia para verse bien, sino la expresión más pura de alguien que vivía completamente enraizado en el amor del Padre.
La invitación es dejar de actuar. No porque la fe sea indiferente a la obediencia, sino porque la obediencia auténtica nace del ser, no del fingir. La gracia no solo perdona, sino que transforma, pero esa transformación solo ocurre cuando bajamos la máscara.
Aplicación práctica:
Esta semana, intenta practicar la fe sin actuación. No “hagas” devocional para sentirte mejor contigo mismo; siéntate con Dios tal como estás. No forces una sonrisa espiritual cuando estés cansado o confundido; habla con Él desde ese lugar. Cuando te descubras intentando controlar la percepción de los demás —en la iglesia, en redes, o incluso en casa—, respira y recuerda: “No necesito impresionar a quien me creó”.
La libertad espiritual empieza ahí: cuando dejamos de medir nuestro valor por lo que proyectamos y empezamos a vivir desde lo que realmente somos —hijos amados, conocidos, sostenidos. La fe real no es una performance, sino una presencia. No se trata de actuar bien, sino de ser con Él.
Escrituras
Acerca de este Plan

Vivimos en un mundo de apariencias: todo se filtra, se edita y se compara. Pero Dios no busca versiones “editadas” de nosotros. Quiere corazones reales, fe genuina y una relación auténtica. En estos 5 días, aprenderás a quitar las máscaras espirituales, a hablarle a Dios sin guiones y a vivir una fe que transforma desde adentro.
More
Nos gustaría agradecer a Jonatan López por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/jonatanlopez._








