Aceptémonos Unos A OtrosMuestra

¿Quiere decir que somos hermanos? Convertir a los amigos en enemigos es obra de Satanás. Convertir a extraños en amigos, a los antagonistas en hermanos, es obra de Dios. El evangelio de Cristo ha reconciliado a Dios con nosotros y a nosotros con Dios, ha cerrado el gran abismo de pecado, juicio y muerte. Y el evangelio hace esa maravillosa obra entre grupos separados de personas. Cornelio era un oficial del regimiento italiano de las legiones romanas que ocuparon Israel. Estaba orgulloso de su herencia romana en derecho, ingeniería, y guerra; le habían enseñado a despreciar a los bárbaros judíos y sus retrógradas obsesiones religiosas. Pedro fue educado como judío fiel, le enseñaron a apartarse de los gentiles, de sus contaminadas casas y de sus comidas inmundas; le enseñaron a temer y a estar resentido con ese ejército de ocupación. Para sorpresa de ambos, el Espíritu del Señor les enseñó que eran hermanos en Cristo: “Cuando Pedro llegó a la casa, Cornelio salió a recibirlo, y se puso de rodillas delante de él, para adorarlo. Pero Pedro lo levantó, diciéndole: —Ponte de pie, pues yo también soy un hombre, como tú’” (Hechos 10:25,26). La única razón por la que un gentil como yo es creyente, es que algunos de los primeros cristianos judíos se atrevieron a compartir su fe, con gente que no era como ellos. Tal vez pueda continuar con ese proceso sagrado en mi vida. ¿Usted?