Aceptémonos Unos A OtrosMuestra

Seguimos siendo un cuerpo Una de las cruces que tenemos que llevar hasta el regreso de Jesús es la naturaleza fragmentada y fracturada de la iglesia cristiana visible. Aunque la red invisible de todos los verdaderos creyentes crece silenciosamente por el fiel llamado del Espíritu, externamente parece que hay desunión, competencia y críticas entre las denominaciones. Hay algo bueno en eso. Hay que identificar las enseñanzas públicas que contradicen la Biblia para que el evangelio no se diluya ni se contamine. Al mismo tiempo, los líderes de las denominaciones deben escuchar con humildad las críticas que otros cristianos les ofrecen como un saludable correctivo a la petulancia y la tendencia al conformismo. Pero nunca es correcto imaginar que su propia tribu es la elegida y que todos los demás no son más que falsos profetas. La preocupación por la enseñanza fiel y cuidadosa de la Escritura debe estar siempre equilibrada por una actitud benévola y respetuosa hacia otros grupos y denominaciones cristianos, incluso cuando haya desacuerdos. De manera especial cuando hay desacuerdos. En una ocasión, los discípulos de Jesús se indignaron porque alguien más estaba trabajando en el mismo lado de la calle, estaba expulsando demonios en el nombre de Jesús. Le dijeron que dejara de hacerlo porque “él no nos sigue. ‘Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis. . . . ‘pues el que no es contra nosotros, por nosotros es’” (Marcos 9:38-40). ¿Puede usted ir por ese camino: aferrarse a las verdades de la Biblia y al mismo tiempo apreciar el trabajo que están haciendo los demás cristianos?