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Libérame de las prisiones mentales: Perfeccionismo ¿Tienen amigos que parece que siempre lo critican y nunca lo elogian? O, lo que es peor: ¿su mamá sólo le hacía exigencias, y nunca le decía que había hecho algo bien? ¿Todavía vive con temor a sus críticas? ¿Tiene temor porque su padre siempre desaprueba sus dicciones? Y, lo peor de todo: ¿se rinde porque nada de lo que ha hecho parece suficientemente bueno? ¿Qué hace que la gente sea tan perfeccionista? Tal vez se crían en un régimen constante de críticas. Quizás los otros sean más inseguros. Uno no puede controlar lo que le dicen las otras personas, pero puede decidir si acepta las críticas o no, y puede controlar la manera en que les habla a los demás. Esta es la terapia que ofrece san Pablo para sanar las relaciones tensas: “sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32). Solo ha habido un ser humano perfecto, su nombre es Jesús. Sepa esto: por medio de la fe en él, Dios lo considera a usted tan perfecto como Jesús; si él lo ama y lo acepta, usted puede amarse y aceptarse.