Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

El Llamado a Cuidar: Cuide de usted mismo
He aquí una característica descabellada de la vida cristiana: cuanto más eficaz se hace un creyente para ayudar a otras personas a volver al Señor, tanto mayor objetivo se convierte de los ataques del diablo. Y también: cuanto más eficiente llegue a ser en la comprensión y la explicación de las Escrituras, más fácilmente puede sucumbir al orgullo, a la hipocresía, o a la gimnasia y el juego mental para justificar el hecho de que no aplica lo que les ha dicho a otros.
San Pablo sabía que tenía que cuidar su corazón: “Así que yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire; sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que, habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:26,27).
Los que hablan de Jesús también deben escuchar a Jesús. Los que están orgullosos de representar a Jesús también tienen que ser humildes en sí mismos. Los que les dicen palabras de reproche a los que están en rebelión, deben permitir que esas mismas palabras golpeen sus propios corazones. Los que exhortan a otros para que se adhieran a Jesús, también tienen que volver a declarar la propia dependencia de su misericordia salvadora.
Escritura
Acerca de este Plan

Este plan de lecturas muestra que usted es miembro del equipo de rescate de Dios, que busca a quienes se están ahogando para llevarles la vida por medio de las buenas noticias de Jesús, especialmente quienes fueron creyentes pero están a la deriva. Dios nos ha comisionado a todos para traerlos de regreso.
More
Nos gustaría agradecer a Time Of Grace por proveer este plan. Para más información, por favor visite: https://timeofgrace.org/espanol
Planes relacionados

Todo Vale

La Mujer Sabia Sabe: 20 Minutos Al Día Para Un Hogar Centrado en Cristo

El Jesús Que Eligió Acercarse – Inspirado en "The Chosen"

SIMPLE: Regresando a La Esencia De La Pascua

Esenciales

Cómo Ver a Dios - Secundaria

El Espíritu Santo en los Salmos

Permiso Concedido

De Amarga a Bendecida: La Redención De Noemí
