Dios, ¿llamaste? Muestra

¿Qué significado tiene para mí el llamado de Dios? 

En una viaje reciente a Florida pasé unos días en la ciudad de Lakeland, el lugar donde crecí, visité varios lugares que fueron importantes para mí durante mi juventud. La casa donde viví, la casa del Sr. Don Kelso, el hombre que me discipuló, el cementerio donde están sepultados mis padres, mis abuelos y mi antiguo compañero de básquet, Larry Bell; además de muchos otros lugares que me conectaban con el pasado. 

Cada uno de ellos me trajo muchos recuerdos, algunos buenos y otros no tanto. Ciertos lugares me hacían recordar la vida pecaminosa que había tenido antes de ser hijo de Dios. Visitando uno de esos lugares vino a mi mente una vieja canción que dice entre otras cosas: «Gracias al Calvario ya no vivo más aquí», lo que expresa de la mejor manera lo que sentía en mi corazón en ese momento... «Gracias al Calvario ya no vivo más allí». Esta verdad cobró aún más sentido cuando pasé frente a la casa donde crecí. Los recuerdos que tenía de aquella casa incluían muchas escenas familiares trágicas. 

Mientras reflexionaba acerca de todas esas cosas, llenó mi mente el concepto de la gracia de Dios que me sacó de allí, y el hecho de que Él tiene un plan para cada vida. Pasé por la casa donde vivía la Señor Kelso y recordé los estudios bíblicos que recibí de él durante mi adolescencia. En ese lugar pasaba horas estudiando y aprendiendo tanto, acerca de la Palabra de Dios. 

Fui hasta la escuela secundaria a la que asistí y me detuve un momento, pensando en la época en que anduve por aquellos pasillos. Recordé cuántos jóvenes habían confiado en Cristo durante esos años. Fueron momentos maravillosos de reflexión. 

Es importante que uno mire hacia atrás para recordar dónde estuvo y hacia dónde se dirige, pero una de las cosas más importantes que uno puede recordar es el llamado de Dios a su vida. Quizá tú seas como era yo; quizá la situación en tu hogar no sea buena. Mirando atrás puedo recordar mis pensamientos, diciendo: «Dios, qué maravilloso sería vivir en un hogar cristiano». 

El apóstol Pablo, en su carta a los Gálatas, dijo que este llamado venía desde el vientre de su madre. Tenemos que llegar a entender que el llamado de Dios no abarca sólo parte de nuestra vida, sino la totalidad de la misma. Qué maravilloso es saber que un Dios soberano está obrando en nuestra vida aun antes de que seamos salvos. Cuántas cosas sucedieron, que en el momento no se entendieron, pero que se comprenden después.