Más allá del dolor de la rupturaExemplo
"Estás mejor habiendo amado y perdido"
Hay una vergüenza y quebrantamiento únicos asociados a las rupturas. Te sientes dañado, como si estuvieses arruinado frente a los ojos de Dios y de los demás. La hermosa verdad, aunque sea difícil de creer, es que la versión quebrantada de ti mismo es una mejor versión. Si en el dolor te vuelves al Señor y te arrepientes de cualquier pecado que hayas cometido durante tu relación, eres tan preciado para tu Padre celestial como siempre lo has sido. Él está usando cada centímetro de tu dolor, error o arrepentimiento para que seas más como Él quiere y entregarte más de lo que quiere que disfrutes, a Él mismo.
Cuando nos quitan un premio, podemos recordar lo poco que tenemos apartados de Cristo y la fortuna de lo que Él compró para nosotros con su sangre. Él se ha convertido en sabiduría para el necio, justicia para los pecadores, santificación para el quebrantado y redención para el perdido y temeroso, y afecto, seguridad e identidad para el hombre o mujer que se siente solo y que se tambalea tras finalizar una relación. Así que incluso después del resultado de la separación, tenemos un motivo para jactarnos, siempre que nuestra jactancia esté en todo lo que Cristo es para nosotros.
En Jesús, Dios siempre hará únicamente lo bueno para ti. No hay circunstancias a las que te enfrentes donde Él no esté trabajando para darte una vida profunda y duradera, libertad y gozo. Él ama el gozo eterno que tenemos en Él mucho más de lo que ama nuestra comodidad temporal de hoy día. Siempre hará ese intercambio, y podemos estar contentos de que lo haga. Ten en mente que Dios está obrando para tu bien, incluso cuando peor nos sentimos.
Hay una vergüenza y quebrantamiento únicos asociados a las rupturas. Te sientes dañado, como si estuvieses arruinado frente a los ojos de Dios y de los demás. La hermosa verdad, aunque sea difícil de creer, es que la versión quebrantada de ti mismo es una mejor versión. Si en el dolor te vuelves al Señor y te arrepientes de cualquier pecado que hayas cometido durante tu relación, eres tan preciado para tu Padre celestial como siempre lo has sido. Él está usando cada centímetro de tu dolor, error o arrepentimiento para que seas más como Él quiere y entregarte más de lo que quiere que disfrutes, a Él mismo.
Cuando nos quitan un premio, podemos recordar lo poco que tenemos apartados de Cristo y la fortuna de lo que Él compró para nosotros con su sangre. Él se ha convertido en sabiduría para el necio, justicia para los pecadores, santificación para el quebrantado y redención para el perdido y temeroso, y afecto, seguridad e identidad para el hombre o mujer que se siente solo y que se tambalea tras finalizar una relación. Así que incluso después del resultado de la separación, tenemos un motivo para jactarnos, siempre que nuestra jactancia esté en todo lo que Cristo es para nosotros.
En Jesús, Dios siempre hará únicamente lo bueno para ti. No hay circunstancias a las que te enfrentes donde Él no esté trabajando para darte una vida profunda y duradera, libertad y gozo. Él ama el gozo eterno que tenemos en Él mucho más de lo que ama nuestra comodidad temporal de hoy día. Siempre hará ese intercambio, y podemos estar contentos de que lo haga. Ten en mente que Dios está obrando para tu bien, incluso cuando peor nos sentimos.
Sobre este plano
Las rupturas son dolorosas e incómodas, y muchos de nosotros tendremos que caminar este oscuro y solitario camino. Para mí, es una de las cosas más difíciles sobre las que escribir o hablar: el dolor de la intimidad que no llegó al matrimonio. Así que aquí hay nueve lecciones para crear esperanza y amar a otros cuando se termina un “casi matrimonio”.
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