Cómo leer el ApocalipsisSample
Hay pocos pasajes en todo el ya difícil libro de Apocalipsis que sean tan difíciles de interpretar como este. Las palabras son sencillas, y lo que se cuenta se entiende claramente. La dificultad está en determinar a qué o a quién se refieren. En particular, ¿quiénes son estos dos testigos de quienes Juan habla?
Cuarenta y dos meses son la mitad de siete años. Si siete representa la plenitud, la eternidad, lo perfecto, la mitad de este número representa lo contrario, lo pasajero, lo incompleto. Luego, el poder de las naciones sobre la ciudad santa es pasajero. Al leer estas palabras, es bueno recordar que Jerusalén había sido destruida por los romanos unos veinticinco años antes.
Es entonces que entran en escena los «dos testigos». Juan los llama también «dos olivos». En la antigua literatura profética había abundantes referencias a Israel como un olivo (ver por ejemplo, Jer. 11). Lo mismo es cierto del candelabro, que había venido a ser símbolo de Israel. Luego, cuando Juan habla de dos olivos o dos candelabros se está refiriendo a dos ramas del pueblo de Dios: Israel y la iglesia.
Jerusalén ha sido destruida; tanto los judíos como los primeros cristianos han sido esparcidos; su mensaje parecía no tener poder. Tanto Israel como la iglesia eran como dos olivos que habían sido talados, o como dos testigos que habían sido muertos y ahora, insepultos, eran objeto de burla y desprecio. Pero ese no es el fin. El período en que las naciones se regodearán ante la muerte de los dos testigos durará solamente «tres días y medio», otra vez la mitad del número perfecto. Los profetas vuelven a la vida por obra del Espíritu de Dios. Y no solo eso, sino que son exaltados al cielo y los que antes los persiguieron ahora se aterrorizan y le dan gloria al Dios del cielo.
Por fin, tras larga espera y gran expectativa, el séptimo ángel toca su trompeta. Pero ahora que por fin se les anuncia la séptima trompeta lo que acontece no son más calamidades, estruendos o prodigios. Al contrario, lo que esta séptima trompeta trae es una gloriosa visión de la adoración celestial. Bien podría decirse que este pasaje, en el centro mismo del Apocalipsis, es el punto culminante de todo el libro. A pesar de la furia de las naciones, el poder de Dios solo a Dios le pertenece, y ha llegado «el tiempo de juzgar a los muertos, de dar galardón a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra».
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About this Plan
Este plan de lectura le ayudará a evitar los errores más comunes que surgen al leer Apocalipsis. A través de datos históricos, análisis y claves de lectura, usted podrá entender mejor el libro "más difícil" de toda la Biblia. Este plan es un extracto del libro "Cómo leer el Apocalipsis", de Justo González & Catherine González.
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