Fuerzas para Concebir tu MilagroSample
¿Cuántas veces, en nuestro deseo de ver nuestro milagro, agregamos malas decisiones y sumamos conflictos? Como los que vivió nuestra querida Saraí cuando trajo a Agar, la esclava extranjera, para hacer posible que sucediera su milagro de tener un hijo; y vemos que no era la respuesta, sencillamente añadió más aflicción trayendo más presión a su espera. Dios, en su gran amor, entra en acción para resolver los enredos de Saraí, y se le aparece a Agar para que regrese a su señora y le obedezca.
Me siento identificada, porque a veces, cuando metemos nuestras manos con la idea de ayudar a Dios, lo que hacemos es entorpecer el plan de Dios. Algo queda claro de Saraí; en este momento de su vida, donde seguía esperando su respuesta, ya había dejado de reír y cada vez estaba más amargada, enojada, triste y había llegado al punto de culpar a Dios y de decir que no le contestaba su oración y la había hecho estéril. Parece que Saraí había llegado al límite de sus fuerzas y se había dado por vencida. Me imagino diciendo dentro de sí, encerrada en su lugar, “Dios se ha olvidado de mí, no encuentro las fuerzas para seguir adelante”. ¿Y cuántas de nosotras nos encontramos en el mismo estado? Pero si pudiéramos por un momento quitar nuestra mirada de nuestra realidad, y poner nuestros ojos en Jesús, que sigue diciendo “estoy contigo y sigo trabajando a tu favor”, todo sería diferente.
¿Qué está haciendo Dios en esta espera? De seguro, transformando nuestra mentalidad como lo hizo con Saraí. “Saraí” (princesa), no podía entrar a lo nuevo ni podía recibir su milagro; ni entró en el portal de la fe, porque ella representa nuestras limitaciones, nuestros miedos e inseguridades. En cambio “Sara”, uno de sus significados es “mujer de fortaleza y de liderazgo”, donde las fuerzas de Dios se multiplican para pasar de ser estéril a madre de multitudes.
Cada respuesta viene acompañada de procesos de grandes transformaciones, por eso, cada día, agradece, porque se aproxima el día donde verás tu milagro.
Scripture
About this Plan
Una de las cosas que Dios nos ha dado a las mujeres es fortaleza. Por algo Dios nos dio el privilegio de ser madres, pasar por todos los malestares durante cuarenta semanas, para luego ver esa criatura en nuestros brazos; pero hay momentos donde esa fortaleza se acaba cuando esperamos un milagro. Este devocional es para animarte, porque aunque tus fuerzas se acaben, Cristo te fortalecerá para ver tu milagro.
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