Mantente Fiel a Tu Vocación Sin Importar Las Consecuencias

Lucas 1:17 - “Y preparará el camino al Señor. Tendrá el mismo espíritu y poder que tuvo Elías. Traerá paz entre los padres y sus hijos. Enseñará a la gente que no obedece a ser sabia y a hacer lo que es correcto. De esta manera, preparará un pueblo que esté listo para el Señor" (NIrV).

Marcos 6: 17-20 - De hecho, fue el propio Herodes quien había dado orden de detener a Juan. Lo hizo atar y encarcelar. Lo hizo a causa de Herodías. Ella era la esposa del hermano de Herodes, Felipe. Pero ahora Herodes estaba casado con ella. Juan le había dicho a Herodes: "Es contra la Ley que estés casado con la mujer de tu hermano". Herodías no podía perdonar a Juan por decir eso. Ella quería matarlo. Pero no pudo, porque Herodes tenía miedo de Juan. Así que mantuvo a Juan a salvo. Herodes sabía que Juan era un hombre santo que hacía lo correcto. Cuando Herodes lo escuchó, se quedó muy perplejo. Pero le gustaba escuchar a Juan (NIrV).

Una de las profecías pronunciadas antes del nacimiento de Juan fue que enseñaría a la gente a ser sabia y a hacer lo correcto. De adulto, vemos que esta profecía se cumple en su vida en Marcos 6. En el versículo 18, se nos dice que Juan le dijo a Herodes que su matrimonio estaba mal, que era contrario a la ley.

Imagínate la escena, puede que Herodes hubiera oído hablar de la fama de Juan y quisiera conocerlo. Habiendo llamado a Juan a su corte como rey, pudo haber querido escuchar una palabra de Juan, algo alentador o sabio y, ¿qué obtuvo? Para su sorpresa, Herodes recibió una fuerte reprimenda. En lugar de caer bajo la presión de las circunstancias, Juan se mantuvo fiel a su vocación. Dijo la verdad con valentía a pesar de las consecuencias. La verdad que dijo no era una verdad subjetiva, sino una verdad basada en la Ley (la Palabra de Dios).

A menudo, evitamos hablar la verdad de la Palabra de Dios por nuestros propios miedos e inseguridades. Pero en Juan, vemos un ejemplo de alguien que fue capaz de superar esto y hablar lo que era verdad. A pesar de lo incómodos que se sintieron los que le oyeron. Se nos dice que Herodías fue incapaz de perdonarle. Sospecho que a los que estaban en la corte del rey les pareció un momento incómodo de presenciar, pero aun así Juan dijo lo que se sentía guiado a decir en ese momento.

Vale la pena señalar que cuando decimos la verdad, ésta siempre debe estar mezclada con gracia. No estamos llamados a ser rencorosos, groseros o hirientes en la entrega de nuestro mensaje. No tenemos el privilegio de oír cómo Juan transmitió su mensaje a Herodes. Pero sabemos que aunque el mensaje era una reprimenda, a Herodes, por alguna razón, le gustaba oír hablar a Juan. Esto puede apuntar a una entrega que no fue vista como dura o irrespetuosa. Estoy seguro de que muchos de nosotros podemos pensar en alguna ocasión en la que hayamos visto a alguien dar un mensaje difícil a alguien de mayor rango que nosotros que podría haberse dicho con más gracia.

Nuestra llamada no es a evitar la verdad, sino a decir siempre la verdad y a decir esa verdad con gracia.

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