Nehemías: Un Corazón por tu CiudadSample
Ya hemos visto que los pueblos vecinos se oponían a la reconstrucción de la muralla. Hoy sin embargo, vemos que durante la reedificación no había solo una lucha externa (contra otros pueblos), sino una lucha interna dentro del mismo pueblo de Israel. En el capítulo cinco encontramos que dentro del mismo pueblo de Israel había judíos extorsionando a sus compatriotas. Por un lado estaban reconstruyendo la muralla, pero por otro lado estaban dejando que la avaricia les controlase. ¿Qué aprendemos nosotros de esto? Que mientras nosotros reconstruimos nuestras ciudades compartiendo de Cristo, puede que la oposición no venga solo de afuera.
Conforme reedificamos nuestras ciudades trayendo el reino de los cielos a las vidas de nuestros vecinos, amigos y compañeros de trabajo, sería muy fácil compararnos con ellos y pensar que estamos bien y que ellos son los que están en necesidad. Sin embargo, nunca debemos de bajar la guardia y relajarnos en cuanto al estado de nuestro corazón y alma. Pablo lo dijo en 1 Corintios 10:12 cuando dijo: “El que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”. Aunque es cierto que hemos sido santificados por la sangre de Jesús, también es una realidad que seguimos siendo santificados conforme crecemos en nuestra semejanza a Cristo.
Al igual que Nehemías confrontó el pecado que se había colado dentro del pueblo, nosotros debemos dejar que el Espíritu Santo y que nuestros hermanos en la fe confronten esas cosas en nuestras vidas que deben someterse a Jesús. ¿Qué es lo más increíble? Que nuestros fallos y fracasos no nos descalifican de seguir siendo parte del equipo que reconstruye. Aunque seguimos creciendo y seguimos siendo imperfectos, podemos seguir remangados y servir.
El capítulo cinco termina con una increíble respuesta de humildad de parte de aquellos a quienes Nehemías confrontó. ¡Que Dios nos ayude a reaccionar de la misma manera ante su corrección! Cuando llegamos al capítulo ocho nos encontramos al pueblo devorando la palabra de Dios: repasando todo lo que Dios había hecho y había dicho. Esto es esencial en nuestro crecimiento espiritual. Mientras nos remangamos y servimos no debemos apartar los ojos de la palabra. Es la palabra que nos transforma y que nos enseña cómo caminar en medio de nuestra tarea de reconstrucción.
Nuestro estudio de hoy termina con una gran fiesta: el versículo doce del capítulo 8 dice que el pueblo fue a celebrar “porque comprendieron las palabras que les habían enseñado”. Ojalá esta sea nuestra reacción ante la palabra de Dios: celebrar cuando Él nos habla y hace algo en nuestro corazón.
Pasos que tomó Nehemías:
- Confrontar y corregir
- Leer la ley
- Guiar al pueblo a celebrar
Preguntas de reflexión:
- ¿Cuál suele ser tu reacción al recibir y comprender la palabra de Dios?
- ¿Hay alguien que esté reconstruyendo contigo a quien tengas que corregir en amor?
Oremos juntos:
- Por un corazón abierto a recibir corrección.
- Que Dios saque a la luz todo lo que esté en tinieblas.
Scripture
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Como a Nehemías, Dios quiere usarnos para reconstruir nuestras ciudades, bendiciendo, impactando y restaurando vidas, poniendo nuestros ojos en Dios, en su palabra y en sus promesas y no en los enemigos que nos rodean
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