El Hilo Rojo: La Historia De RedenciónSample

Dios te ha hecho su hija para glorificarle en donde te ha puesto y con lo que te ha dado

Después de crear al hombre y a la mujer dice: “Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Gn 1:27). Dios dijo que fue muy bueno, y bueno en gran manera.

Y es que la verdad de ser creadas, inmediatamente debería quitarnos la noción de que nos pertenecemos y tenemos algún control. La diferencia entre creer en Dios solo como Creador y como Dios Padre es la fe; es una fe fundamentada, comprobada y revelada a través de la Palabra de Dios en la que nos va narrando un poco más de Él y del plan para su creación.

Dios nos ha creado de manera diferente, hombres y mujeres, no solo son diferentes físicamente, también en roles y en propósitos. El plan de Dios siempre dirige la mirada a Él. Esta verdad es de suma importancia porque nuestro género, masculino y femenino, está anclado a nuestros propósitos como hombres y mujeres dados por Dios, el Creador.

No podemos alterar lo que es palpable. El hombre no puede dar a luz, no tiene el aparato reproductor que requiere ser habitación de un bebé por nueve meses, solo la mujer con el propósito de ser madre. La mujer no tiene toda la fuerza física que tiene un hombre, no importa cuánto entrene. Y Dios le ha dado al hombre el propósito de cuidar, proveer y proteger. Podemos decir muchas otras cosas, pero el punto es que puedas meditar en la bondad de Dios —porque Él es bueno—.Él ha planificado quiénes somos, físicamente y con propósito.

Si en algún momento has deseado no ser mujer por todo lo que escuchas o has vivido, recuerda que Dios no es hombre, Dios no es humano, Dios es perfecto, bueno y lleno de amor que te creó para Él, esa bondad te dice: te amo.

APRENDE-VIVE-LIDERA

• Aprende:¿Qué te enseña Génesis 1:27?
• Vive: Lee Hebreos 2:5-18 y escribe tu meditación sobre tu rol como hija de Dios y sobre quién es Jesús.
• Lidera: Comparte esta meditación

ORACIÓN

Oremos. Señor, gracias por hacerme mujer para Ti. Esto me da propósito, sentido y una persona a la cual acudir: Cristo. Perdóname por las veces que he renegado por ser mujer o por no tener contentamiento con el cuerpo que me has dado. Ayúdame a tener gozo y agradecimiento porque, ante todo, soy Tu hija. En Cristo, amén.