Cómo Superar La VergüenzaSample

Cómo superar el monólogo interior negativo

Nuestra vergüenza y la imagen negativa de nosotros mismos son un factor importante en los pensamientos y acciones malsanas con las que luchamos a diario. Nos cuesta aceptar el amor de Dios por nosotros porque vemos la vida a través del filtro de nuestra vergüenza. Luchamos por amar a nuestro prójimo porque no nos amamos a nosotros mismos. Cuando nos sentimos rechazados o fracasados, podemos deprimirnos o utilizar la pornografía o el alcohol en un intento de aliviar nuestro dolor.

Dios nos ama y desea que nos veamos como Él nos ve. Tiene algo mucho mejor para nosotros. Cuando empecé a interiorizar esta verdad, tomé la decisión consciente de eliminar la voz de la vergüenza que llenaba de basura mi cabeza.

Durante años, había dejado que mis pensamientos y emociones se desbocaran. Me decía rutinariamente cosas negativas como: «Sí, supongo que no valgo nada» y «no puedo hacer nada bien». Esto solo reforzaba estas mentiras profundamente arraigadas en mi mente y mi corazón. Durante años, cuando me sentía realmente triste conmigo mismo o con las situaciones de mi vida, simplemente lo aceptaba en lugar de enfrentarme a las mentiras. ¡Qué autodestructivo era eso!

Además, yo probablemente no toleraría que alguien hablara a mis amigos o familiares de la forma en que yo me hablaba a mí mismo, pero ya era normal hablarme así. Se había convertido en algo tan rutinario.

Pero con la ayuda de Dios, empecé a meditar, mañana y noche, en versículos específicos sobre quién es Dios y quién soy yo como Su hijo amado, justo y redimido. Empecé a aceptar que ya no era un pecador, sino santo. Claro que seguía luchando con el pecado, pero en Cristo tenía una nueva identidad como santo.

A veces puede ser difícil aceptar esto. Mucha gente enseña que «los humanos son puramente malos y sin valor», en lugar de enseñar la verdad bíblica: «los humanos están rotos». Si conoces a Cristo y has aceptado Su perdón, has sido liberado para dejar de obsesionarte con tu pecado y con quién eras antes. Pon tu énfasis en tu nueva identidad como santo. En la cruz, Jesús superó toda la vergüenza y la timidez, y punto. Ahora, solo es cuestión de vivir de acuerdo con esta verdad.

En mi vida, cada vez que surgían las viejas mentiras, empezaba a tomar esos pensamientos cautivos. Atrapaba y cambiaba esos pensamientos por la verdad de quien Dios dice que soy. Cerraba los ojos y visualizaba experiencias pasadas en las que había encontrado Su presencia, amor y bondad hacia mí. Y eso empezó a cambiarlo todo.

Dios, ayúdame a dejar de creer en las mentiras y a vivir en la verdad de Tu amor por mí. Silencia la voz interior negativa y en su lugar, ayúdame a escuchar a Tu Espíritu.