Bendición MultigeneracionalSample

CLUB DE LA PELEA

Enseñar a nuestros hijos a resolver conflictos de acuerdo con la Palabra de Dios es una herramienta invaluable para su éxito en futuras relaciones. Aunque es práctico para todas las relaciones, es especialmente importante en aquellas más cercanas, como las que tenemos con nuestros seres queridos en casa.

Personalmente, tuve que aprender esta habilidad desde cero, ya que mis padres tomaron la decisión de no discutir delante de nosotros. Aunque lo hicieron con la mejor intención, me llevó a crecer con una percepción distorsionada de lo que era una relación saludable. Cuando me casé y comenzamos a tener desacuerdos normales, me sentí perdida al no haber visto un modelo claro de cómo resolver conflictos.

Sin embargo, decidí romper ese patrón y modelar una resolución saludable de conflictos delante de mis hijos. Entendí que una relación sin discusiones no es necesariamente saludable; más bien, una relación verdaderamente sana es aquella en la que podemos expresar nuestros desacuerdos de manera civilizada y trabajar juntos para resolverlos.

La Biblia nos brinda principios claros para resolver conflictos. Siguiendo las reglas del "Club de la Pelea" de acuerdo con la Palabra de Dios, podemos construir relaciones sólidas y duraderas:

1. No dormir enojado: Es importante resolver los conflictos antes de irnos a dormir, para no permitir que el enojo controle nuestras mentes ni abrir puertas al enemigo.
2. No insultar: Nuestras palabras tienen poder, por lo que debemos ser cuidadosos de no herir a nuestros seres queridos con palabras hirientes.
3. No traer el pasado al presente: Una vez que un problema se resuelve, debemos dejarlo atrás y no volver a sacarlo a la luz en futuras discusiones.
4. Resistir la comparación: Comparar a nuestros seres queridos con otros solo genera conflictos y no ayuda a resolver el problema presente.
5. No exagerar: Evitar usar palabras como "siempre" o "nunca" en una discusión, ya que suelen ser exageraciones que distorsionan la realidad.
6. No perder los papeles: Mantener la calma y ejercer dominio propio incluso en medio de una discusión es fundamental para resolver conflictos de manera efectiva.

Al seguir estas reglas y modelar una resolución saludable de conflictos en casa, no solo fortalecemos nuestra relación de pareja, sino que también brindamos a nuestros hijos las herramientas necesarias para construir relaciones saludables en el futuro. Enseñarles con nuestro ejemplo que el matrimonio no es perfecto, pero que con amor y esfuerzo diario, podemos crecer juntos y superar cualquier desafío que se nos presente.