Vida FructíferaSample
¿Te gustaría que todas tus oraciones fuesen contestadas? ¡A quién no le gustaría!
Imagínate por un momento que tu relación con Dios fuese tan grande, que Él te dijese un día en confianza: “Hijo, pídeme todo lo que quieras, y te lo daré”. ¡Wow! ¿Te lo imaginas?
Mira lo que dice Jesús en el capítulo que estamos analizando en estos días: “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7). Siempre me ha impresionado este versículo, sobre todo cuando nos invita a pedirle “TODO LO QUE QUERAMOS”. No solo algunas cosas, y no solo lo que necesitemos: no, sino “todo lo que queramos”.
Este pasaje me recuerda a las palabras del Salmo de David: “Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4). Ambos pasajes tienen algo en común: relación, comunión, permanencia, deleite. Cuando tu corazón encuentra en Dios su refugio y su anhelo, ocurre algo especial: Dios deja de ser un concepto, para convertirse en tu realidad más absoluta. Ahí es donde tu fe alcanza su máxima expresión, y donde los milagros se convierten en algo cotidiano.
¡Dios desea concederte las peticiones de tu corazón! Pero más aún, Él desea convertirse en tu petición, en el anhelo más profundo de tu ser. Cuando le tienes a Él, lo tienes todo, y todo lo demás viene por añadidura. ¡Y viene, realmente viene!
Corre a sus atrios en este día, y disfruta del mayor de los regalos que existen: su amistad diaria en cada paso de tu caminar.
Scripture
About this Plan
Somos llamados a vivir en Cristo Jesús y a permanecer en Él. Solo así, nuestra vida podrá producir fruto duradero y verdadero; glorificando a nuestro Padre Celestial. Únete a nosotros; súmate a la vida fructífera. "Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada." (Juan 15:5 NVI)
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