¿Quién se queda con la ofrenda?Sample
La ofrenda revela el corazón. La ofrenda que el altar santifica, aprueba y bendice es aquella que se da con alegría. “… Dios ama al que da con alegría”, 2ª Corintios 9:7 (NBLH). La respuesta de una ofrenda alegre y generosa es una provisión sobrenatural: “Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten… siempre tendrán todo lo necesario…”, 2ª Corintios 9:8 (NTV). “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia... toda clase de bendiciones”, 2ª Corintios 9:8 (RV60, DHH). La palabra “gracia” en este contexto se refiere al favor de Dios en bienes materiales. El servidor obediente siempre tendrá para ofrendar, Dios se encargará que tenga lo suficiente para satisfacer sus necesidades y también para sembrar en su obra.
La ofrenda es bendición. “Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia”, 2ª Corintios 9:10. Dios “da semilla al que siembra y pan al que come”. ¿Qué prefieres? ¿Pan o semillas? Piensa bien, porque el pan no rinde grandes cosechas, solo las semillas que se siembran pueden hacerlo. Si quieres pan ora el Padrenuestro y lo tendrás todos los días. Pero si prefieres semillas debes convertirte en un sembrador porque Dios da semillas solo al que siembra. La Biblia no dice: “Dios da semilla para que siembres” sino que “Dios da semilla al que siembra”, 2ª Corintios 9:10. Si le das un frasco de semillas a un mecánico, ¿qué crees que hará con ella? Las pondrá en un estante como un recuerdo sin importancia. Pero si se lo das a un agricultor con toda seguridad que las sembrará. Si quieres que Dios te dé semillas que luego te rindan una gran cosecha primero debes cultivar el hábito de sembrar, es decir, de ofrendar. ¡La ofrenda te da semillas, el Padrenuestro te da el pan! Si de verdad eres un “sembrador” Dios “proveerá y multiplicará… los recursos… y… producirá una gran cosecha…”, 2ª Corintios 9:10 (RV60, NTV). ¡Qué revelación! Solo el que siembra recibe semillas que le producirán una gran cosecha. En definitiva: ¿quieres pan? Ora el Padrenuestro. ¿Quieres una gran cosecha? ¡Conviértete en un sembrador!
La ofrenda es un acto de obediencia y, cuando obedecemos, Dios es glorificado: “Esa ayuda demostrará que ustedes… obedecen… Por eso, ellos alabarán y honrarán a Dios”, 2ª Corintios 9:13 (TLA). “Los que reciban la ayuda no solo se alegrarán por la generosa dádiva, sino que alabarán a Dios por… que obedecen el mensaje de Cristo… ellos honrarán a Dios por la generosa contribución de ustedes”, 2ª Corintios 9:13 (NT-BAD, DHHL). Ser generosos no solo nos bendice sino que contribuye a que las personas reconozcan a Dios como la fuente de sus bendiciones: “La generosidad de ustedes provocará que el pueblo de gracias a YAHWEH”, 2ª Corintios 9:11 (Kadosh). ¡Qué tremenda bendición resulta cuando somos generosos! Nuestros donativos contribuyen a que las personas se reconcilien con Dios. Más allá de todos los beneficios que obtenemos por ser generosos, saber que alegramos a Dios es la mayor recompensa de todas.
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¿Cómo debe ser nuestra ofrenda? ¿Por qué debo ofrendar? ¿Quién se queda con mi ofrenda? En este plan, te enseñaremos a través de las Escrituras el valor de la ofrenda.
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