Perseverar: Hechos 2Sample

Todo en común
Una de las marcas más asombrosas de la Iglesia primitiva fue su disposición a compartirlo todo. No consideraban su vida, posesiones ni recursos como propios, sino como instrumentos para bendecir a otros. Vivían con el entendimiento de que todo lo que tenían era de Dios, y por lo tanto debía ser usado para la edificación de la comunidad. Tener “todas las cosas en común” no era una consigna idealista, sino una realidad práctica que manifestaba el amor de Cristo en medio de ellos.
Este tipo de generosidad no surge de una obligación, sino de una transformación del corazón. Cuando el Espíritu Santo llena nuestras vidas, el egoísmo pierde fuerza y nace en nosotros el deseo de suplir las necesidades ajenas. Esta práctica confronta la lógica de acumulación de nuestro mundo, donde se valora al que más tiene. En el Reino de Dios, el valor se mide por cuánto amamos y cuánto damos.
Vivir con todo en común también requiere confianza y rendición. Implica estar dispuestos a recibir y a depender del otro, algo que para muchos es más difícil que dar. Significa admitir que necesitamos, que no podemos solos, que somos parte de un cuerpo donde cada uno aporta y cada uno también recibe.
Compartir recursos, tiempo, dones y vida no es solo un acto de generosidad, sino de obediencia y fidelidad. No fuimos llamados a construir reinos personales, sino a edificar el Reino de Dios en comunidad. Y esa comunidad se fortalece cuando lo mío deja de ser solo mío, y lo tuyo deja de ser solo tuyo, para convertirse en “nuestro”.
El testimonio de la primera Iglesia impactó a su entorno, en parte, por esta contracultura generosa. Cuando otros veían cómo vivían, cómo se cuidaban y cómo suplían mutuamente sus necesidades, eran testigos del amor de Dios en acción. Hoy, esa misma manifestación es posible si elegimos vivir con corazones abiertos y manos extendidas.
Aplicación práctica: ¿Qué podrías compartir hoy con alguien más? Tal vez tu tiempo, tus recursos o tu atención. Pide al Señor que te muestre cómo vivir con generosidad real y práctica en tu comunidad de fe.
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Este plan devocional es parte de la serie de enseñanzas “Perseverar: Hechos 2” de Majo & Dan disponible en RightNow Media. Consigue más información aquí.
About this Plan

¿Y si pudieras experimentar una fe tan vibrante como la de la primera iglesia? En esta serie de 6 capítulos, inspirada en Hechos capítulo 2, Majo y Dan se sumergen en las prácticas espirituales que marcaron a los primeros creyentes: la comunión, la enseñanza de la Palabra, las comidas compartidas, la oración y una generosidad radical. Descubrí cómo estos pilares pueden renovar tu espiritualidad, fortalecer tus relaciones y llenarte de una esperanza viva.
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