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Génesis 1

1
I. LOS ORÍGENES DEL MUNDO Y DE LA HISTORIA HUMANA
(1—11)
La Creación
1En el comienzo de todo, Dios creó#1.1 Creó: heb. bará. En el AT, este verbo tiene por sujeto únicamente a Dios, y se refiere siempre a una acción divina que produce, en particular, un resultado nuevo e imprevisible (Is 48.6-7; Jer 31.22). Se emplea para designar la creación del mundo y de la humanidad (Gn 1.27; 5.1; Dt 4.32; Is 45.12), la formación del pueblo de Israel (Is 43.1,15), la restauración de Jerusalén (Is 65.18), la renovación interior del pecador arrepentido y perdonado (Sal 51.10[12]) y la creación, al fin de los tiempos, de un cielo nuevo y una tierra nueva (Is 65.17; 66.22). el cielo y la tierra.#1.1 Los antiguos hebreos no poseían un término equivalente al gr. cosmos. El universo en su totalidad era designado con la expresión el cielo y la tierra (cf. Gn 14.22; Sal 124.8; Mt 28.18). En el uso de esta expresión se refleja la costumbre semítica de abarcar una totalidad mencionando dos elementos extremos u opuestos (cf. Gn 2.9). 2La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo#1.2 Todo era un mar profundo: Según una idea muy difundida entre los pueblos del antiguo Oriente, las aguas amenazantes del caos primitivo lo cubrían todo antes de la creación (cf. Sal 104.6-9). Por lo tanto, una de las primeras acciones del Creador consistió en separar las aguas de arriba y las de abajo, poniendo como línea divisoria la bóveda celeste (v. 7). De acuerdo con los vv. 5-9, de este caos primitivo se formaron los mares, tanto los que están sobre la superficie de la tierra como los que están debajo de ella. Véase Sal 18.15(16) n.; cf. también Sal 24.2. cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.#1.2 La palabra hebrea traducida por espíritu puede significar también viento, soplo o aliento. Además, la expresión de Dios se utiliza a veces en el AT como complemento para expresar el superlativo (cf. Gn 10.9, donde gran cazador es lit. cazador de Dios). Por eso, algunos intérpretes consideran que la parte final de este v. significa un fuerte viento iba y venía sobre las aguas. Véase también Gn 13.10 nota.
3Entonces Dios dijo:#1.3 Dios dijo: Esta frase, corroborada por la frase complementaria Y así fue (cf. vv. 6,9,11, etc.), pone de relieve el poder creador de la palabra de Dios. La orden divina se cumple en forma inmediata, y el efecto producido coincide con el pensamiento y la voluntad del Creador (cf. Sal 33.6-9; 148.5; Is 48.13; 55.10-11; Heb 11.3). «¡Que haya luz!»#2~Co 4.6.#Jn 1.1-4.
Y hubo luz. 4Al ver Dios que la luz era buena,#1.4 Este relato de la creación insiste en afirmar que la obra realizada por Dios es buena (vv. 4,10,12,18,21,25,31). El adjetivo bueno tiene en el AT varios significados, que comprenden desde lo moralmente correcto hasta lo bello, agradable y útil. Todos estos aspectos están aquí presentes, pero el que más se destaca es probablemente el de apropiado. Todo lo que existe es bueno, porque procede de Dios y corresponde a su propósito. Esta idea está en abierto contraste con los mitos paganos que hablan de un mundo creado por dioses caprichosos, o de un universo que existe sin propósito alguno o tiene incluso un carácter maligno. Cf. Sab 11.24-25. la separó de la oscuridad 5y la llamó «día», y a la oscuridad la llamó «noche». De este modo se completó#1.5 Se completó: Lit. y anocheció y amaneció. Véanse Sal 55.17(18) n.; 104.19 n. el primer día.#1.5 El primer día: El relato bíblico distribuye las acciones creadoras de Dios en el marco de una semana, con sus seis días de trabajo y el séptimo de descanso. En esos seis días están repartidas ocho obras: Las cuatro primeras consisten en separar y delimitar las zonas o regiones que configuran el mundo visible; las cuatro restantes están destinadas a poblar esas regiones con seres dotados de movimiento, de acuerdo con el siguiente esquema:
6Después Dios dijo: «Que haya una bóveda que separe las aguas, para que estas queden separadas.»
Y así fue.#1.6 Y así fue: según la versión griega (LXX) y la estructura literaria del relato (cf. Gn 1.9,11, etc.). En el texto hebreo la frase aparece al final del v. 7. 7Dios hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda, y otra parte quedó arriba. 8A la bóveda la llamó «cielo». De este modo se completó el segundo día.#1.6-8 La palabra hebrea traducida por bóveda designa algo sólido y resistente, como una lámina de metal batido a golpes de martillo. Esta idea está de acuerdo con la visión del mundo que se tenía antiguamente, según la cual el universo era una estructura compuesta de tres niveles: el cielo, la tierra y el mundo subterráneo (cf. Ex 20.4). A la tierra se la imaginaba como una superficie plana; el cielo era concebido como una bóveda, cúpula sólida o «firmamento» (cf. Job 37.18), sobre la que se apoyaba el inmenso depósito de agua u océano superior del que procedían las lluvias (cf. Gn 7.11; Sal 148.4; Is 40.22); y en el mundo subterráneo había un océano inmenso, sobre el que se asentaban los pilares que sostenían la tierra (véase Gn 1.2 nota; cf. también Sal 24.2; 104.5; 136.6).
9Entonces Dios dijo: «Que el agua que está debajo del cielo se junte en un solo lugar, para que aparezca lo seco.»
Y así fue.#1.9 Cf. Job 38.8-11; Sal 104.6-9; Pr 8.27-30; Jer 5.22. El agua... debajo del cielo: Véanse Gn 1.2 nota; 1.6-8 n. 10A la parte seca Dios la llamó «tierra», y al agua que se había juntado la llamó «mar».
Al ver Dios que todo estaba bien, 11dijo: «Que produzca la tierra#1.11 Que produzca la tierra: Dios ha concedido a algunos seres el don de la fecundidad, para que ellos continúen y completen la obra del Creador. Cf. vv. 20,24. Nótese que para los antiguos orientales la fecundidad era objeto de culto, porque la consideraban como una fuerza divina que residía en algunos seres (p. ej., en la tierra). Para el AT, en cambio, la fecundidad es una bendición otorgada por Dios. Véase Gn 1.28 nota. toda clase de plantas: hierbas que den semilla y árboles que den fruto.»
Y así fue. 12La tierra produjo toda clase de plantas: hierbas que dan semilla y árboles que dan fruto. Y Dios vio que todo estaba bien. 13De este modo se completó el tercer día.
14-15Entonces Dios dijo: «Que haya luces en la bóveda celeste, que alumbren la tierra y separen el día de la noche, y que sirvan también para señalar los días, los años y las fechas especiales.»#1.14-15 Las fechas especiales: Lit. los tiempos señalados, es decir, las estaciones del año y las fiestas religiosas correspondientes. Cf. Sal 81.3(4).
Y así fue. 16Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche. También hizo las estrellas. 17Dios puso las luces en la bóveda celeste para alumbrar la tierra 18de día y de noche, y para separar la luz de la oscuridad, y vio que todo estaba bien.#1.14-18 Los astros, que en las religiones del antiguo Oriente eran adorados como dioses, aquí son presentados como seres creados por Dios y no como fuerzas misteriosas que rigen el destino de las personas o como objetos de culto (cf. Dt 4.19; Sof 1.5). Cf. también Sal 8.3(4); Jer 31.35; Eclo 43.1-10. 19De este modo se completó el cuarto día.
20Luego Dios dijo: «Que produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra.»
Y así fue.#1.20 Y así fue: según la versión griega (LXX). En el texto hebreo no aparece esta frase. 21Dios creó los grandes monstruos del mar,#1.21 Los monstruos del mar son mencionados para indicar que también ellos han sido creados por Dios y están bajo su dominio. Aquí radica una de las principales diferencias entre este relato y el más famoso de los mitos babilónicos de la creación. Según este último, la creación del mundo estuvo precedida por el nacimiento de varias generaciones de dioses y por la victoria del dios Marduc sobre el monstruo marino que era la personificación del caos originario. En contraposición con este relato mitológico, el Génesis habla de un único Dios, que existe desde siempre y que por sí mismo crea el universo con el poder de su palabra. Como todo lo que existe ha sido creado por Dios, ya no queda lugar para adorar a los fenómenos de la naturaleza o a cualquier otro ser animado o inanimado. y todos los animales que el agua produce y que viven en ella, y todas las aves.
Al ver Dios que así estaba bien, 22bendijo con estas palabras a los animales que había hecho: «Que tengan muchas crías y llenen los mares, y que haya muchas aves en el mundo.»
23De este modo se completó el quinto día.
24Entonces Dios dijo: «Que produzca la tierra toda clase de animales: domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo.»
Y así fue. 25Dios hizo estos animales y vio que todo estaba bien.
26Entonces dijo: «Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen.#1.26 A nuestra imagen: Este plural, pronunciado por el único Dios, ha sido interpretado de diversas maneras. En realidad, parece sugerir la idea de una especial deliberación del Creador en el momento de crear el género humano. De entre todas las obras de Dios, sólo la creación del hombre es precedida por esta referencia a una solemne decisión divina. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.»#1.26 Cf. Sal 8.4-8(5-9); Eclo 17.1-4; Sab 2.23; 10.2.
27Cuando Dios creó al hombre,#1.27 Hombre: heb. adam, designa aquí a todo el género humano; en otros pasajes, este mismo término tiene el valor de un nombre propio (Adán). Cf. Gn 4.25.
lo creó a su imagen;#1.27 Lo creó a su imagen: Los seres humanos no son únicamente una creación especial de Dios (véase Gn 2.7 nota h), sino que han sido creados a su imagen, es decir, están dotados de características tales que les permiten entrar en una relación personal o diálogo con Dios y ejercer como representantes suyos el gobierno del mundo (v. 28). Cf. Gn 5.1; 9.6; 1 Co 11.7; Stg 3.9.
varón y mujer los creó,#1.27 Varón y mujer: El texto señala que a la condición humana pertenece, por voluntad de Dios, el ser sexuado. Cf. Gn 2.18; Mt 19.4; Mc 10.6.
28y les dio su bendición:#1.28 Gn 5.1-2. La bendición divina, en el AT, aparece vinculada con frecuencia al don de la fecundidad. Cf. Gn 17.16,20; 22.17; 26.12,24; 28.3. Véanse también Gn 49.22-26 n.; Sal 128 n.
«Tengan muchos, muchos hijos;
llenen el mundo y gobiérnenlo;
dominen a los peces y a las aves,
y a todos los animales que se arrastran.»#1.28 Que se arrastran: otra posible traducción: que se mueven, en referencia a todos los seres terrestres.
29Después les dijo: «Miren, a ustedes les doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso les servirá de alimento.#1.29 Según algunos mitos muy difundidos en el antiguo Oriente, los dioses crearon al hombre para que les proporcionara alimento y realizara los trabajos serviles que ellos necesitaban para su bienestar. Aquí, en cambio, Dios es el que proporciona todo lo necesario para el bienestar de los seres humanos, ya que él no padece ninguna necesidad. Cf. Sal 50.9-13. 30Pero a los animales salvajes, a los que se arrastran por el suelo y a las aves, les doy la hierba como alimento.»
Así fue, 31y Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien.#1.31 Todo... estaba muy bien: Este superlativo se refiere, probablemente, no a una obra de Dios en particular, sino al conjunto de la creación. Véase 1.4 n. De este modo se completó el sexto día.

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