En Nuestro Lugar: Devociones Cuaresmales de Tiempo de GraciaMuestra
Ya no hay condenación
El Señor Jesús, Dios por toda la eternidad, se hizo carne y vino a vivir a la tierra como un humano más por bastantes razones. Pero el principal de ellos es que vino para liberar a todos aquellos que estaban cautivos en sus cuerpos de muerte, como dice el escritor de Hebreos capítulo 2.
Jesús vivió como un sustituto de cada uno de nosotros, sometiéndose a todas las leyes de Dios y humanas y cumpliéndolas perfectamente. Ofreció su cuerpo al sufrimiento y el abuso, sabiendo que, de ese modo, el castigo que merecemos se desviaba hacia él por completo. Finalmente, Él se rindió a la misma muerte, y a través del maravilloso intercambio que ocurrió en el Calvario, nuestra muerte se convirtió en su muerte y su inocencia se convirtió en la nuestra.
¿El resultado? “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:1,2). Aquí está el por qué no necesitas temer a Dios de nuevo. Tus pecados han sido perdonados, todos ellos, objetivamente, libremente, hace mucho, sin importar tus acciones. Es nuestra herencia, no un sueldo. Es tuyo --todos los que creen lo tienen.
Dios lo dice de verdad—no hay condenación significa no hay condenación. Puedes volver a respirar.
El Señor Jesús, Dios por toda la eternidad, se hizo carne y vino a vivir a la tierra como un humano más por bastantes razones. Pero el principal de ellos es que vino para liberar a todos aquellos que estaban cautivos en sus cuerpos de muerte, como dice el escritor de Hebreos capítulo 2.
Jesús vivió como un sustituto de cada uno de nosotros, sometiéndose a todas las leyes de Dios y humanas y cumpliéndolas perfectamente. Ofreció su cuerpo al sufrimiento y el abuso, sabiendo que, de ese modo, el castigo que merecemos se desviaba hacia él por completo. Finalmente, Él se rindió a la misma muerte, y a través del maravilloso intercambio que ocurrió en el Calvario, nuestra muerte se convirtió en su muerte y su inocencia se convirtió en la nuestra.
¿El resultado? “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” (Romanos 8:1,2). Aquí está el por qué no necesitas temer a Dios de nuevo. Tus pecados han sido perdonados, todos ellos, objetivamente, libremente, hace mucho, sin importar tus acciones. Es nuestra herencia, no un sueldo. Es tuyo --todos los que creen lo tienen.
Dios lo dice de verdad—no hay condenación significa no hay condenación. Puedes volver a respirar.
Escritura
Acerca de este Plan
Este plan de lectura te guiará a través de la sesión Cuaresmal, la cual nos brinda las increíbles historias del sufrimiento, condenación y muerte de Jesucristo por nosotros.
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We would like to thank Time of Grace Ministry for providing this plan. For more information, please visit: www.timeofgrace.org