Cómo leer el ApocalipsisMuestra
Mientras en el capítulo 12 la visión tenía dimensiones cósmicas, estos capítulos que siguen, al tiempo que se refieren a bestias sobrenaturales y grandes conflictos, se ocupan también de las condiciones políticas y religiosas en que vivían aquellas iglesias a las que el libro se dirige.
Ahora aparece una bestia que «sube del mar». La descripción de la bestia se asemeja al dragón. El cuerpo de la bestia combina elementos de todas las bestias de la visión de Daniel (Dn 7:3-7). La bestia representa al Imperio Romano, de manera semejante a como las bestias en la visión de Daniel representaban a los poderes políticos que pretendían destruir al pueblo de Dios.
La bestia que sale del mar tiene blasfemias escritas en sus siete cabezas, y habla «arrogancias y blasfemias». A lo largo del siglo primero, los emperadores romanos habían ido reclamando para sí títulos divinos. Primero se les consideró divinos después de su muerte, y ahora hasta eso iba cambiando. Se decía que Domiciano, quien reinó del año 81 al 96, quería que le dieran el título de «Señor Dios».
Ahora aparece otra bestia, y con ello la degradación va en aumento. Esta bestia sale de la tierra, y no del mar. Esta bestia también está sometida al poder del dragón, pero por mediación de la bestia que sale del mar. Su tarea es hacer «que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia». Si la primera bestia representa las estructuras políticas del Imperio Romano que se han apropiado de títulos y autoridad que le corresponden solamente a Dios, entonces esta segunda bestia representa las estructuras locales tanto políticas como religiosas que apoyan el culto al emperador y a la misma Roma.
Para esa fecha, hacia finales del siglo primero, el culto al emperador se iba haciendo cada vez más fuerte. Domiciano –quien reinaba en tiempos del Apocalipsis– se hizo construir una estatua en Éfeso cuyas ruinas dan prueba que tendría unos siete metros de altura. A través de toda Asia Menor había templos dedicados al culto de Roma y del emperador.
Si entones comparamos esto con lo que se ha dicho antes, vemos que hay dos listas que son contraparte la una de la otra. De un lado están Dios, el Cordero y los dos testigos; del otro están el dragón, la bestia que sube del mar y la bestia que sale de la tierra.
El pasaje termina con algunas de las palabras más enigmáticas de toda la Biblia: el número de la bestia es 666. Esto ciertamente debe haber tenido algún sentido para la audiencia original a la que Juan se dirigía, pero ese sentido no está tan claro para los cristianos en el día de hoy. Podemos decir que la bestia cuyo número es 666 es el prototipo de lo que se repite a través de la historia, de las bestias políticas, económicas y sociales que sirven al dragón.
Escritura
Acerca de este Plan
Este plan de lectura le ayudará a evitar los errores más comunes que surgen al leer Apocalipsis. A través de datos históricos, análisis y claves de lectura, usted podrá entender mejor el libro "más difícil" de toda la Biblia. Este plan es un extracto del libro "Cómo leer el Apocalipsis", de Justo González & Catherine González.
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Nos gustaría agradecer a Editorial CLIE por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://bit.ly/3P4Cj7o