Cómo leer el ApocalipsisMuestra

Así como el Hijo del hombre y los ángeles esperaron hasta que llegara la orden de cosechar el trigo y las uvas (14:15,18), así también los siete ángeles esperan a que llegue el mandato de comenzar a verter las siete copas de la ira de Dios. Este detalle le añade drama a la escena. También deja bien claro que es Dios quien está al mando de todo lo que sucede, aunque otros sean sus agentes.

Tan pronto como se nos habla de plagas, nos vienen a la mente las plagas paralelas que Moisés desató contra los egipcios. Estos paralelismos son intencionales, especialmente puesto que se acaba de hacer referencia al cántico de Moisés.

Los cristianos podemos estar tentados a pensar que, puesto que somos pueblo de Dios, Dios se ocupa de cuidarnos, y no hay modo que esto pueda cambiar. Pero Dios es más justo de lo que pensamos. Si el pueblo de Dios empieza a actuar como aquellas fuerzas opresivas de las que Dios les ha liberado, han de esperar recibir los mismos castigos que los opresores anteriores recibieron.

Las copas que los ángeles tienen se vierten en sucesión rápida. Estas plagas son peores que las que se produjeron antes, cuando los ángeles que aparecieron tras abrirse el séptimo sello tocaron sus trompetas. Aquella serie de plagas destruyó la tercera parte de la tierra, mientras que las que aquí se describen no dejan cosa alguna intacta.

Se ha completado ahora la serie de las siete copas de ira. Pero esto no quiere decir que el juicio haya terminado. En cierto modo, apenas está comenzando. Las plagas no produjeron arrepentimiento. La maldad de la bestia ha quedado manifiesta. Quienes la siguen maldicen a Dios en lugar de darle gloria. Lo que sigue entonces es la descripción del imperio del mal y de sus seguidores que han sido condenados.

Es importante detenernos a pensar sobre el hecho de que las copas de ira no producen arrepentimiento. Por una parte, indica que no es posible llevar a las gentes a la fe mediante el terror; y por otra, indica también que frecuentemente quienes siguen el camino del mal lo hacen porque parece llevar al buen éxito.