Cómo leer el ApocalipsisMuestra

El número 12 tiene un lugar importante en toda esta descripción. Hay 12 puertas en el muro, tres en dirección a cada uno de los puntos cardinales, y llevan los nombres de las tribus de Israel. Hay también 12 cimientos que llevan los nombres de los 12 apóstoles. Esto deja clara la relación entre la iglesia e Israel: entre ambas hay continuidad.

Si tomamos literalmente las dimensiones de la ciudad, resultan sorprendentes. La ciudad se describe en forma de cubo, y tiene casi 3000 km, no solamente de ancho y largo, sino también de alto. Nos resulta imposible concebir una ciudad de tales dimensiones. ¿Tendrán los edificios 3000 km de alto? Obviamente, se trata de una descripción simbólica y poética, que indica que la ciudad tiene lugar para una enorme multitud. Lo que sí está claro es que la imagen (la ciudad) es también una realidad social y corporativa, y no solamente una serie de individuos aislados, cada uno de ellos en relación privada con Dios.

La novedad radical de esta ciudad de Dios se ve en 21:22-23. La ciudad no tiene templo. El Templo en Jerusalén había sido el lugar en que Dios había prometido estar entre su pueblo. Puesto que ahora toda la ciudad ha venido a tomar el lugar del Templo, la ciudad misma es como un templo para el resto de la tierra. La población de la ciudad es el pueblo sacerdotal que sirve a toda tierra.

Lo que es más, la presencia de Dios es tal que no hace falta otra luz, ni sol por el día, ni luna por la noche (21:23). El antiguo cielo que contenía al sol y la luna podía ser destruido porque ya no era necesario. La gloria inmediata de Dios y del Cordero es la lámpara que sirve de fuente de luz para la nueva ciudad. Esto es otro modo de expresar lo que se dice en 21:3: Dios morará en esta nueva ciudad.