Cristología Del Nuevo Testamento: Jesucristo Es El SeñorMuestra
La adoración a Jesús: himnos cristológicos
Los himnos, cánticos y textos poéticos se incluyen en la Biblia hebrea desde muy temprano. En el Antiguo Testamento, desde las primeras narraciones del éxodo de Egipto y de la liberación del yugo del faraón, hasta los poemas y cánticos que se incluyen en los Salmos, los himnos con contenido teológico están presentes de manera significativa.
Desde los Cánticos del mar, entonados por Moisés y Miriam (Ex 3.1-21), hasta las alabanzas que afirman que toda persona debe alabar al Señor (Sal 150), la música y el desarrollo de temas en los poemas han jugado un papel protagónico en la afirmación de valores teológicos, los procesos educativos y la creatividad teológica.
Esas dinámicas literarias, musicales, cúlticas, educativas y teológicas también se revelan con fuerza en el Nuevo Testamento. El Evangelio de Lucas, por ejemplo, incluye en sus relatos varios poemas de gran valor teológico e importancia cúltica. Son cánticos que presentan los pensamientos, las oraciones y los sentimientos de varios personajes de importancia en las narraciones del nacimiento de Jesús.
El himno cristiano más antiguo que tenemos a nuestra disposición en la actualidad posiblemente se encuentra en la Epístola a los Filipenses. El Apóstol incorpora en su enseñanza un himno a Cristo que tiene gran importancia espiritual, teológica, pedagógica y pastoral. Este poema, que posiblemente ya se utilizaba en algunas congregaciones cristianas cuando el Apóstol lo incluyó como recurso educativo para los filipenses, afirma que las iglesias y los creyentes deben seguir el modelo de Cristo Jesús. Para el Apóstol, era de fundamental importancia seguir el ejemplo de vida del Señor.
El corazón de la enseñanza paulina es que la gente de fe debe actuar en la vida fundamentada en la humildad, no en la rivalidad, el egoísmo o la vanidad. Ese importante elemento, que ciertamente caracteriza las vivencias y acciones de Jesús, pone de relieve la base de las actitudes, los pensamientos, las actividades de las comunidades de fe en general, y particularmente, de las personas que profesaban su fe en Cristo.
Otros ejemplos de himnos cristológicos son el Magnificat (Lc 1.46-55), el Benedictus (Lc 1.68-79), el Nunc Dimittis (Lc 2.29-32), el himno al Logos (Jn 1.1-18), el himno a la supremacía de Cristo (Col 1.15-20), etc.
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Escritura
Acerca de este Plan
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