530Muestra

"CONECTADO A SU CORAZÓN".

Para saber qué hay en el corazón de alguien debes conectar con lo que dice, hace, valora, sostiene, qué lo moviliza e incluso con lo que le disgusta.

En el segmento pasado hablamos del poder de Jesús y la parte práctica nos llevaba a la pregunta; ¿Para qué quieres recibir su poder?.

La respuesta a esa pregunta debe estar ligada al corazón de Dios. Al final, todo lo que recibimos de Él, también debe ser para Él.

Entonces, si quieres volar al corazón de Dios, debes preguntarte ¿Qué está en su corazón?. Lo resumiré así: "La razón de la venida de Jesús, fue salvar al mundo".

¿Quién necesita ser salvo?.

Los fariseos y maestros de la Ley tenían su corazón separado del corazón de Dios y por eso no pudieron discernir. Miremos:

“Pero los fariseos y los maestros de la ley que eran de la misma secta les reclamaban a los discípulos de Jesús: —¿Por qué comen y beben ustedes con recaudadores de impuestos y pecadores?” Lucas5:30NVI

La tendencia de Jesús fue ir a los que lo necesitaban y darle la llave de la libertad Eterna.

La tendencia en la Iglesia es gravitar hacia los de adentro (miembros, hermanos, creyentes, no importa el nombre que le pongamos, vamos a llamarles la comunidad de fe) porque pareciera más seguro estar allí, “somos menos propensos a caer”, “menos tentados”. Es comprensible pero no es lo que Jesús quiere.

Él quiere que vivamos nuestra vida para adorarlo en todo tiempo, llenándonos de Él en intimidad, construyendo relaciones con otros creyentes que nos impulsen, ayuden y potencien, pero sin olvidar la gran comisión: “Id y haced discípulos”.

¿Quienes están en el corazón de Dios?

Están los divorciados, maltratados, solitarios, incomprendidos, rebeldes, abusados, los que se quieren suicidar, los hambrientos, viudas, desprotegidos, tu vecino, familiar, amigo; en fin, todo el que aún no lo conoce.

Al recibir a Jesús, TÚ recibiste la comisión de predicarles. Es tiempo de salir con más valentía, enfrentarnos a los fariseos, maestros de la Ley y presentar al mismo Jesús que te salvó, a todo el que lo necesite.

¿Cómo lo presento?

- Acompañando (Actos de cuidado).

- Sirviendo (Actos de servicio).

- Dando (Actos de generosidad).

Los vuelos generan adrenalina, emprende el tuyo para que te sientas vivo y haciendo la voluntad del Padre.

Muestra amor a Dios, amando a los demás, valorando lo que Él valora, y repitiendo lo que Él hizo.

Para profundizar:

1. ¿A quién puedes acompañar en un momento de transición?
2. ¿A quién puedes servir?
3. ¿A quién puedes apoyar financieramente?

Nos vemos en un próximo vuelo. Le invitamos a mantenerse en su vuelo 530 diariamente.