7 Proverbios Para El Siglo XXIMuestra
Nadie es responsable
Si uno no es responsable, alguien debe serlo. Eso es un principio fundamental. Porque las cosas en la vida pasan, eso es innegable, y todos sabemos que hay algo que se llama causa-efecto. Es decir, lo que sucede no lo hace porque sí, sino que hay una “mano ejecutora” en alguna parte que mueve ficha para que lo que ha sucedido haya sido así.
Esa mano ejecutora muchas veces somos nosotros. Aquí en España tenemos una expresión que define bastante bien cómo solemos hacerlo en nuestro intento de eludir la responsabilidad que conlleva: "Tirar la piedra y esconder la mano". Porque no solemos renunciar a hacer lo que queremos, tenga o no consecuencias penosas, pero no nos gusta asumir lo que viene después. Alguien debería pagar lo roto, reponer lo destruido, sanar lo dañado... pero en ausencia del verdadero culpable, ¿quién lo hará?
El azar sirve al ser humano posmoderno para explicar muchas cosas cuando no quiere asumir el compromiso que implica su responsabilidad. De hecho, solemos explicar todo lo grandioso que nos rodea por pura arbitrariedad: el Universo, nuestro diseño increíble, y tantas otras cosas. Seríamos incapaces de reconocer que la última maravilla tecnológica o automovilística se han producido “porque sí”, pero estamos dispuestos a anular la lógica para admitir que lo que vemos alrededor es fruto de una “alineación de planetas” (que también llegaron allí por causalidad, por supuesto).
La responsabilidad es terriblemente molesta porque nos compromete a un cambio. Nos obliga a reconocer en confesión que algo malo hemos hecho, y a responder a la pregunta obligada que viene después: ¿Qué vas a hacer al respecto? Nadie quisiera tener que contestar a eso, de manera que eludimos siquiera ser preguntados, ya sea por los demás, por nuestra propia conciencia, que cauterizamos con frecuencia, y por supuesto se lo impedimos a Dios, al que no queremos rendir, no solo adoración, sino cuentas tampoco.
Sin embargo, Él es juez, reclama responsabilidad y nosotros la tenemos, queramos o no. Somos insensatos, escogemos el peor camino con facilidad y terminamos disparando contra Dios. No solemos acordarnos de Él más que para recriminarle no habernos rescatado de nuestra propia temeridad y desobediencia. Y mientras Dios, que sigue siendo paciente, nos da el tiempo y espacio para reconsiderar y arrepentirnos, también en este siglo. La cuestión es si seremos lo suficientemente humildes (ni siquiera inteligentes, me temo), como para hacerlo.
Escritura
Acerca de este Plan
Vivimos en la era post-moderna, y eso marca radicalmente nuestra manera de vivir. Los proverbios no son profecías, pero sorprende cuán bien algunos de esos pensamientos antiguos retratan nuestro siglo XXI. Parece bastante evidente que el corazón del hombre y la mujer no han cambiado en su esencia, ¿verdad? Solo es cada vez obvio que la distancia con el Creador nos lleva a nuestra peor versión posible.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.lidiamartin.com/