Nehemías: Un Corazón por tu CiudadMuestra
Terminamos el estudio ayer viendo como Nehemías investiga y estudia la situación. En este punto de la historia nuestro protagonista tiene el favor del rey y la información necesaria para empezar la reconstrucción. Ahora es tiempo de ponernos manos a la obra.
En el final del capítulo dos y en el capítulo tres vemos cómo el pueblo de Israel se une y se remanga para la reconstrucción. Encontramos un montón de nombres que nunca más volveremos a ver en la Biblia: son personas anónimas cuyos nombres quedaron registrados para siempre por su disposición y corazón servicial.
Encontramos a perfumistas, sacerdotes y comerciales poniendo a un lado sus profesiones para hacer todo lo necesario para la reconstrucción. Vemos la diversidad de personas unidas por una causa ¿te suena familiar?
El apóstol Pablo usa una metáfora en una de sus epístolas para explicar esto mismo: aunque no estamos reconstruyendo las murallas físicas de Jerusalén, bajo la sangre de Jesús hoy somos un cuerpo diverso trabajando juntos para construir un reino espiritual.
En la historia de Nehemías vemos la unidad y el enfoque de estos hombres anónimos. Algo interesante es que muchos de ellos reconstruyeron la parte de la muralla que se encontraba delante de sus propias casas, trabajaron en la necesidad que tenían delante de sus ojos. El capítulo no nos explica por qué lo hicieron así: quizás era lo más sencillo y práctico, o quizás era lo “menos abrumante”.
Esto nos puede suceder a nosotros hoy en día: si vemos la necesidad que el mundo entero tiene de Cristo y lo roto que está la sociedad que nos rodea, puede ser tan abrumante que no sepamos ni por dónde empezar esta “reconstrucción”, pero si al igual que los israelitas, empezamos con lo que tenemos delante, juntos podemos traer el reino de los cielos a nuestra ciudad y nación.
Cuando llegamos al capítulo cuatro, nos encontramos con los enemigos de Israel burlándose y amenazando. Sin embargo nuestro protagonista Nehemías no se deja intimidar sino que recuerda quién es Dios: el grande y temible que pelea por ellos. De la misma manera, nosotros también tenemos un gran enemigo que quiere desanimarnos para que no traigamos el cielo a la tierra. Sin embargo tenemos un gran y temible Dios. Sigamos el ejemplo de Nehemías de no desanimarnos, pongamos una mano en la herramienta de reconstrucción, mientras que tenemos la otra levantada en oración.
Pasos que tomó Nehemías:
- Unir al pueblo para reconstruir.
- Recordar quién era Dios en medio de la oposición.
- Dedicar la mitad del tiempo en construir y la mitad en vigilar.
Preguntas de reflexión:
- ¿Qué nos dice la reacción de Nehemías ante la oposición sobre su carácter, su relación con Dios y su corazón?
- ¿Cómo podemos organizar nuestro tiempo para reconstruir nuestra ciudad y al mismo tiempo mantenernos alertas vigilando en oración?
Oremos juntos:
- Toma un tiempo para declarar la manera en que la bondadosa mano de Dios ha sido buena sobre ti.
- Recuerda a las voces que se levantan en forma de burla, desánimo o intimidación, quién es el Dios al que sirves.
- Oremos por la ayuda de Dios para permanecer alertas. Ojos espirituales abiertos y una armadura bien puesta.
Escritura
Acerca de este Plan
Como a Nehemías, Dios quiere usarnos para reconstruir nuestras ciudades, bendiciendo, impactando y restaurando vidas, poniendo nuestros ojos en Dios, en su palabra y en sus promesas y no en los enemigos que nos rodean
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Nos gustaría agradecer a Amistad Cristiana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.amistadcristianamadrid.org/