Nehemías: Un Corazón por tu CiudadMuestra

Nuestro estudio del libro de Nehemías concluye con dos secciones muy diferentes.

Primero nos encontramos en Nehemías 12 con un pueblo restaurado: las murallas están en su lugar, el pueblo está celebrando y todos los detalles y nombres que encontramos en este capítulo nos muestran que una vez más, se había puesto en orden todos los rituales para realizar los sacrificios requeridos en la ley judía.

Debemos recordar que esto es esencial dado que los sacrificios y rituales eran la manera de entrar a la presencia de Dios antes de la venida de nuestro Mesías. A simple vista nos puede parecer aburrida esta sección, pero es necesario entender la estructura para entender el evangelio. En el tiempo de Nehemías Dios quería que las ceremonias sacerdotales continuarán al pie de la letra porque estas ceremonias apuntaban a Cristo. Cada vez que el sacerdote entraba al templo para expiar el pecado del pueblo, les recordaba que eran pecadores necesitando ser perdonados. Estos rituales eran necesarios para que unos años más tarde Jesús viniese al mundo y expiase Él mismo, como cordero perfecto, nuestros pecados.

Luego, llegamos al último capítulo de nuestra historia. No sabemos cuánto tiempo había pasado, pero leemos que Nehemías tuvo que volver al trabajo como copero del rey y que el pueblo había continuado haciendo su vida dentro de las murallas. Pasado este tiempo, Nehemías pide permiso de nuevo al rey para realizar una visita a Jerusalén. Este último capítulo nos narra lo que encuentra al llegar: una vez más la nación de Israel había comenzado a pecar. A primera vista puede que no parezcan “pecados gordos”, al fin y al cabo habían sido llevados en cautiverio por su idolatría y no les encontramos con ningún ídolo levantado. Sin embargo al renovar su pacto con Dios, habían prometido: “No descuidaremos la casa de nuestro Dios” (Nehemías 10:39), y esto es exactamente lo que habían hecho. Habían descuidado su relación con Dios y necesitaron una vez más de la valentía y de la corrección de Nehemías.

Desde el principio del libro de Nehemías hasta la última palabra, vemos a un hombre que se conectó con el corazón de Dios. Su sueño no era sólo reconstruir las murallas de una ciudad, si así lo hubiera sido no hubiese vuelto a visitar ni hubiese seguido corrigiendo y guiándoles. Nehemías soñaba con una nación entregada a Dios y con una ciudad no solo bonita por fuera, sino bonita por dentro, en lo más profundo de sus corazones. ¿Podemos conectarnos con el corazón de Dios por nuestras ciudades y naciones de la misma manera que lo hizo Nehemías? Que nuestro sueño no sea solo iglesias “bonitas por fuera” (con buena alabanza y programas exitosos), sino ciudades llenas de gente transformada, que transforman a su vez a otros y llenan el cielo.

Pasos que tomó Nehemías:

• Instituyó de nuevo las ceremonias sacerdotales
• Volvió a visitar para hacer seguimiento del pueblo
• Una vez más volvió a corregir al pueblo

Preguntas de reflexión:

1. ¿Hay algún área de tu vida que hayas descuidado?
2. ¿Hay alguien a quien hayas discipulado que necesite seguimiento? Oremos juntos:

Tomemos un tiempo para orar de acuerdo con Cantares 1:6 y Cantares 8:6