Liberándote de la PornografíaMuestra

¡El camino continúa!

Y como sé que si te tomas esto en serio estarás batallando duro (dormir bien, comer sano y hacer deporte no es fácil) hoy vamos simplemente a pedir la sanación de Dios y dedicar este tiempo para tu oración.

Después de haber leído sobre lo que es el sexo en el día 15 te habrás dado cuanta de que la pornografía no es sexo real ni bueno. Sin embargo, al haberla visto, se habrán introducido ciertas ideas en tu mente que te pueden dificultar tener una buena relación sexual, también pueden dañar tu mirada y tu corazón, a tu familia futura e, incluso, provocar problemas sexuales.

Por eso es importante darse tiempo para sanar.

Dejándose hacer por Dios y trabajando duramente nosotros. Salvo que Dios te conceda una gracia especial, para olvidar las imágenes que hemos visto tardarás unos cuantos años, quizá entre 10 y 15. Esto te puede resultar desalentador, pero, al contrario, que sea una motivación para comenzar cuanto antes. ¿Y cómo me libero de esto? Absteniéndome de ese contenido y controlando la imaginación.

En lo primero ya estás, así que continúa. Lo otro es un trabajo de fondo. Los pensamientos intrusivos vendrán a ti con mucha facilidad, especialmente en los días duros. Intentarán desvirtuar tu trabajo o te llevarán a fantasear con personas de tu entorno. No lo permitas.

Es normal que un pensamiento llegue a ti, eso no es tu responsabilidad, pero sí lo es el que decidas darle bola o no. Si lo consientes o si te recreas en él entonces sí es tu responsabilidad. Así que, siempre que te vengan este tipo de pensamientos, recházalos. Si le das vueltas o lo consientes inconscientemente, en cuanto te des cuenta recházalo. Di el nombre de Jesús simplemente si no te ves capaz.

Por otro lado, procura tener presencia plena, es decir, hazte consciente de tu entorno y vive el momento presente. De esta forma la mente tiende a escaparse menos.

Aplicando esto más, con la gracias de Dios, verás y experimentarás su sanación. Hoy te invito a que le pidas a Dios que sane tu corazón y tu mirada. Que restaure tu inocencia y que te regale una mirada pura capaz de respetar al otro sexo y a ti mismo. Que sane la culpa también que puedas tener y cualquier otra herida psicológica que quizá ni siquiera conoces.

Que Dios te bendiga y el Espíritu Santo descienda sobre ti para sanar y restaurar lo que necesita de su presencia.

Te dejo una canción que a mi me ayudó mucho en su momento. Recuerdo que yo me la ponía en bucle y oraba lo mismo durante mucho tiempo, haz tu lo mismo si te ayuda. Además, te invito a profundizar en las palabras de Jesús.