Una defensa pasiva

Para este momento ya tienen preso al Señor Jesús, los sacerdotes y escribas. Lo que ellos buscan es juzgarlo porque desde su punto de vista ha venido a desbaratar sus estructuras religiosas. Lo que sí hacía Él, era poner en evidencia la superficialidad e hipocresía que ellos tenían. Los sacerdotes y escribas pretenden defender la verdad, pero en el fondo, lo único que quieren lograr es mantener las cosas tal como están, de allí su necesidad de poner silencio a Jesús.

Sus retractores estaban anhelando escuchar del mismo Señor Jesús lo que tenía que decir de sí mismo y su deidad. A pesar del tumulto de personas y probablemente del escándalo, sus detractores afinaron oídos para escuchar su respuesta. Aunque ya ellos tenían un veredicto, fuera cual fuera la respuesta, Él sería culpable.

Sin lugar a duda, los sacerdotes y escribas no testificaban con la verdad. En otras palabras, toda su acusación estaba basada en chismes por lo tanto no tenían evidencia de la transgresión a la ley que ellos decían.

¡Qué impresionante! El Maestro de Galilea nunca se exasperó delante de ellos, por el contrario, dejó que ellos mismos se envolvieran con sus propias palabras.

Como seguidores de Cristo deberíamos de aprender a callarnos un poco más y dejar que sea Él quien hable por nosotros. Esto quiere decir que confiemos más en que Dios perfecciona su obra en nuestras vidas. Ahora bien, no siempre debemos callar, pero hay ocasiones en que “el sabio refrena su lengua”. Estamos en una sociedad altamente violenta y entregada al pecado que busca su propio beneficio, aun por encima de la verdad o la ética. Pero eso no quiere decir que usted y yo como seguidores de Cristo estemos solos, Él siempre será nuestro pronto auxilio y ayudador. ¡No te rindas!

ORACIÓN

Amado Dios, después de hacer un autoanálisis comprendo que mi vida está en tus manos y por lo tanto debo aprender a vivir más confiado, entiendo que tú eres el que hablas en mi defensa. Mi mayor interés en este día es aprender a ser más como tú para poder ser de bendición y que tú me puedas usar como un vaso limpio en tus manos. Amén.