Jesús generaba gran expectativa

La creciente fama de Jesús provocó curiosidad en Herodes, es una realidad que la reputación del Señor ya estaba tocando las puertas muy fuertemente en Roma. “Epicteto, el famoso maestro estoico griego, solía quejarse de que la gente venía de todo el mundo a sus conferencias para mirarlo, como si hubiera sido una estatua famosa, pero no para aceptar y obedecer sus enseñanzas”. Jesús no es una figura a la que mirar, sino un maestro al que obedecer, era un rey al que había que someterse.

Herodes, seguro en su posición como rey, fuerte con el poder de su guardaespaldas detrás de él, creía que este carpintero galileo no importaba. Es una posición en la cual alguna vez todos hemos estado cuando nos menosprecian, es interesante notar la reacción de Jesús porque cualquiera de nosotros podría haber demostrado su gran poder pero El no, ya tenía claro su gran propósito aquí en la tierra.

Está claro que debemos aprender a nunca olvidar el propósito por el cual estamos en los distintos lugares donde Dios nos lleva y cuando tenemos esto bien claro entendemos que las circunstancias son momentáneas pero la recompensa en Dios es eterna. ¡No te rindas!

ORACIÓN

Mi Dios gracias por regalarme la vida, gracias por tanta misericordia, hoy me presento delante de ti con mi corazón en proceso crecimiento. Anhelo tener una fe más madura que no sea dañada por el concepto que puedan tener quienes me rodean. Pongo una vez más mi vida en tus manos para que transformes en ella lo que debas y me guíes con cuerdas amor para que yo sea todo lo que Tú quieres que sea. Reconozco que esto es un proceso pero estoy dando pasos firmes para lograrlo y sé que con tu ayuda lo alcanzaré. Gracias, mi Dios. Amén.