El día de servirle al Señor llegó

En ocasiones la vida nos pone en circunstancias en las cuales no queremos estar, pero esas resultan ser de las más gratificantes bendiciones que recibimos. Un hombre pasaba por un evento público (para quien conocía la cultura romana de la época ya era costumbre la crucifixión) lo que nunca pensó fue que él mismo sería parte de aquel acontecimiento como un actor que durante un pequeño espacio de tiempo se llevaría algunas miradas. Simón de Cirene al parecer nunca pensó que ese día vería de primera mano un acontecimiento que transformaría el mundo.

Hoy muchos de nosotros tenemos la vida prácticamente organizada en tiempo de trabajo, ocio, familia e ir a la iglesia, dejando de lado en algunas ocasiones ese llamado de Dios a servirle. Jesús tenía 12 discípulos que hasta ese día difícil lo siguieron por alrededor de 3 años, pero cuando ocupó quien le sirviera para llevar la cruz ninguno estaba.

Entonces la pregunta que hoy sale a flote es, ¿estoy allí para servirle a Dios el día que de verdad me ocupa? La respuesta a esta pregunta no es nada sencilla porque seguro muchos de nosotros que servimos en un ministerio diríamos ¡yo sí! Pero la clave es que el servicio del que estamos hablando es aquel que nadie quiere hacer. A Simón de Cirene lo obligaron a llevar aquella cruz, probablemente, porque no era el trabajo más lindo o el de mejor renombre en el camino a la cruz. Un hombre fue obligado a servirle a Dios, parte de mi oración es que hoy se levanten hombres y mujeres dispuestos a decirle a Dios: ¡Aquí estoy, aunque el trabajo no sea el más lindo, digo presente!

ORACIÓN

Gracias Dios de misericordia y amor por tu fidelidad. Porque aun cuando yo soy infiel, tú sigues siendo fiel para conmigo. Me presento ante ti en oración, confiado en que tú me escuchas y me ayudas para tener siempre un oído audible a tu voz y poder ser un instrumento útil en ti. Señor sea cual sea el trabajo que tienes para mí en tu servicio, dame por favor fortaleza en el día difícil y paz para no rendirme. Te lo pido en el nombre Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.