Cómo Llegar a Ser Un Líder en Mi IglesiaMuestra

Deseando Liderar De Manera Noble

La Iglesia de Dios es un lugar donde diversidad de personas, de diferentes lugares, etnias y formas de vida se unen para orar y oír la Palabra de Dios. Personas tan diversas tienen diferentes ideas acerca de cómo tendría que ser su Iglesia, o lo que tendría que hacer. Muchas veces los cristianos piensan: «Me gustaría ser un líder en mi Iglesia porque puedo hacer esto muy bien o puedo ayudar a mi Iglesia de cierta manera». También, si un creyente ha sido parte de una congregación por mucho tiempo, puede llegar a pensar «Quiero ser Pastor» o «Quiero ser un Diacono», o «Quiero ser la Directora del Ministerio de Mujeres». Esto es verdad en Iglesias grandes o chicas. Cualquiera sea el tamaño de la Iglesia, la pregunta es: «¿Cómo se convierte uno en líder en su congregación local?».

Primero, la Biblia nos dice que cuando queremos un liderazgo espiritual, queremos algo noble. Es bueno desear ser líder en una Iglesia. Sin embargo, antes de que podamos aspirar a semejante autoridad, necesitamos preguntarnos a nosotros mismos por qué queremos una posición de liderazgo. El liderazgo es una tarea noble y debemos anhelarlo de una manera noble. ¿Deseamos liderar para representar una vida de madurez espiritual, carácter espiritual y ser como Cristo? Esta motivación es noble porque esas son las cualidades de un líder espiritual, un Pastor o un Diacono de acuerdo con las Escrituras.

Un buen carácter es un prerrequisito para el liderazgo espiritual. Es importante ser un buen padre y un buen esposo. Es necesario tener una familia en orden. Es necesario tener disciplina espiritual en nuestras vidas. ¿Queremos liderar para moldear un carácter que honra a Cristo? ¿Queremos que nuestras vidas cuenten al máximo? Esas son las razones correctas para desear ser un líder.

Necesitamos examinar nuestros corazones primero. ¿Quiero ser líder porque quiero poder e influencia? ¿Quiero que las personas piensen bien de mí? Esas motivaciones son egoístas para ser un líder de Iglesia. El liderazgo en una Iglesia es para el honor y Gloria de Dios, no es para nuestra promoción o reconocimiento personal. Debemos probar nuestras intenciones y asegurarnos de que no solo deseamos la noble tarea de liderar a otros, sino que lo anhelamos de una manera noble.