Cómo Llegar a Ser Un Líder en Mi IglesiaMuestra

Deseando Liderar Con Confirmación

Muchas veces queremos servir humildemente y fielmente en la Iglesia, pero no estamos seguros de cómo hacerlo. Tal vez tengamos más de un don. Quizá no estamos seguros si tenemos algún don, o de qué forma puede ser usado nuestro don en el Reino de Dios. Es aquí donde la humildad se transforma en algo muy útil. Si somos personas humildes y enseñables, otros pueden hablar a nuestras vidas. Solo necesitamos estar dispuestos a recibir sus sugerencias. Muchas veces nuestros dones son más visibles para las personas alrededor nuestro que para nosotros mismos. Los líderes de la Iglesia también pueden dirigirnos al área de ministerio donde más se nos necesite. En otras palabras, si queremos ser útiles en la iglesia del Señor, debemos ser humildes y no demandar nada, ser fieles en donde sea que otros nos vean como más útiles. Que la Iglesia nos reconozca. Cuando otros reconocen el don en nosotros, llegamos a ser más influyentes en la congregación como resultado. Podemos regocijarnos en eso. Que otros reconozcan nuestros dones o utilidad, nos traerá un gran gozo.

Los líderes de la Iglesia también pueden animarnos si nos sentimos inadecuados para cierta posición, o no nos sentimos dignos de ejercer nuestro don en la Iglesia. Los Ancianos pueden confirmar el don de Dios en nuestras vidas. Esto también aconteció en la Iglesia primitiva. Por ejemplo, el Apóstol Pablo tuvo que animar al joven Timoteo a que sirviera con valentía con el don que había sido confirmado en su vida, a través de la oración profética de los Ancianos. Él había comenzado a tener miedo de liderar con su don, porque era muy joven. Pablo le dijo que no tenía que temer ni ignorar su don. También agregó que no debía permitir que nadie menospreciara su juventud. Pablo animó a su joven discípulo a que fuera un ejemplo para otros en la Iglesia.

De la misma manera, los Ancianos, Pastores o líderes de la Iglesia, pueden confirmar el don de Dios en tu vida. Ellos pueden ayudarte a reconocer tu don y animarte a ejercitarlo con valentía. Si te mantienes humilde ante el Señor, él te levantará, honrará, y exaltará a una posición de liderazgo de acuerdo al don que él te ha dado. Mantente fiel y el Señor te mostrará en qué área eres capaz de liderar.