El Dios Que AdoramosMuestra

Dios es poderoso: Supremamente poderoso en la creación

La película Todopoderoso narra la historia de Bruce Nolan, un reportero inconforme por muchas cosas que suceden a su alrededor. En un arranque de soberbia, desafía a Dios diciéndole que puede hacer el trabajo mejor que él; en respuesta, Dios le da la oportunidad de ser todopoderoso durante una semana. Lejos estaba Bruce de imaginarse que, en lugar de usar bien el poder adquirido, desencadenaría el caos.

Parece comedia, pero Bruce nos representa bien a todos. En nuestro equivocado deseo de controlar y tener poder, pensamos que podemos hacer el trabajo mejor que Dios.

Cuando hablamos de omnipotencia nos referimos a su capacidad ilimitada para hacer su voluntad. Dios puede actuar de acuerdo con su propósito. Sin embargo, Dios no usa su poder de manera arbitraria o caprichosa. El obrar todopoderoso de Dios siempre está guiado por su infinita sabiduría y voluntad buena, agradable y perfecta. Por eso, todo lo que Dios determina hacer está en armonía con su carácter santo. Dios no hace nada por el mero ejercicio de poder. En cambio, aplica su poder de manera que refleja su sabiduría, amor, gracia y justicia; la naturaleza de Dios se encuentra en completa armonía gracias a la perfección de sus atributos.

El poder de Dios lo podemos ver desde dos escenarios: Dios y la creación y Dios y los hombres. Hoy veremos Dios y la creación y el día de mañana Dios y los hombres.

Dios y la creación:

Génesis 1:1 registra el acto creador de Dios, según Romanos 1:20, la creación da testimonio de los atributos invisibles, la naturaleza divina y el poder eterno de Dios; Sin embargo, la humanidad caída reprime ese testimonio continuamente. Los hombres suprimen la verdad no por ignorancia; lo hacen a sabiendas. Intencionalmente sacamos a Dios del escenario, negando no solo su existencia, sino su participación en el universo.

A pesar de no reconocer a Dios, la creación como testigo sigue apuntando a los atributos de un Dios creador que ha hecho el mundo con diseño y propósito. Y al mismo tiempo, el hecho de que Dios sea el creador lo convierte en el juez de cómo administramos lo que nos ha entregado: cuerpo, tiempo y su creación. Ahora, si Dios evidencia su poder en la creación, ¿cómo lo hace?

Dios tiene poder para cuidar de la creación.

En el Salmo 104:10, el salmista dice: Él hace brotar manantiales en los valles, corren entre los montes. El Salmo 89:11 expresa:Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; el mundo y todo lo que en él hay, tú lo fundaste. Dios gobierna, guía y dirige las acciones y la historia humana para alcanzar la meta divina que él ha determinado.

Dios es el Conservador del hombre y el animal (Salmo 36:6); él sustenta todas las cosas con la palabra de su poder (Hebreos 1:3).

Frente a esta verdad del poder de Dios, podemos responder, por lo menos, con seis acciones:

• Arrepentirse: no podemos jugar a ser todopoderoso. Nuestro llamado es a ser diligente, pero entendiendo que no puedo controlar ni manipular las situaciones para que las cosas tomen el curso que queremos. Asumir el rol del todopoderoso trae agotamiento. Gracias a Dios que el mundo no está en nuestras manos, porque sería un verdadero desastre. Vengamos a Dios con un corazón arrepentido por todas las ocasiones en las que hemos creído hacerlo mejor que él. Si confesamos nuestros pecados, Él es sorprendentemente poderoso fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).

• Agradecer: en ocasiones tenemos falta de reflexión y gratitud por todo lo que el Creador nos ha dado. No olvidemos quién lo ha hecho posible, quién es la mano invisible que sostiene y guarda. Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén (Romanos 11:36).

• Tener paciencia: nos desesperamos porque las cosas no suceden cuándo y cómo queremos porque no nos gusta sentir que no tenemos el control de las situaciones. Al SEÑOR esperé pacientemente, y Él se inclinó a mí y oyó mi clamor (Salmo 40:1).

• Contentarse: el contentamiento nos ayuda a, mientras somos diligentes, reconocer que las cosas que no tenemos son porque el Padre sabe que tal vez no las necesitamos, y las que tenemos, son parte de su provisión. Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos (1 Timoteo 6:7-8).

• Adorar: todo lo que tenemos ha sido recibido de Dios y, por eso, damos adoración a Dios en reconocimiento de que él es nuestro Dios.Todo lo que respira alabe al SEÑOR. ¡Aleluya! (Salmo 150:6).

• Temer: temerle reverentemente es una forma de reconocer su poder.Tema al SEÑOR toda la tierra; tiemblen en su presencia todos los habitantes del mundo (Salmo 33:8).