¿Quién es Jesús?

¿Alguna vez te has sentido un poco perdido entre todas las diferentes opiniones e ideas sobre Jesús, preguntándote qué pensar?

A veces, solo necesitas parar y despejar tu mente. Pero cuando se trata de encontrar la verdad, especialmente acerca de la fe, ¿por dónde empezar? Con tantas opiniones contradictorias sobre Jesús, es fácil sentirse perdido. ¿Vale la pena considerar a Jesús? ¿Es Él verdaderamente “bueno”? ¿Es Él Dios? ¿Y eso importa?

Si estás leyendo este devocional, probablemente estés buscando respuestas reales, y eso es un paso audaz que vale la pena celebrar. El objetivo de este plan no es imponerte una perspectiva, sino ayudarte a explorar la Biblia por ti mismo. Durante los próximos cinco días, compartiremos historias sobre Jesús que están diseñadas para que las leas, reflexiones y discutas.

Para la mejor experiencia, te recomendamos hacer este plan bíblico con un amigo. Viajar juntos te permite compartir ideas, alentarse mutuamente y descubrir más sobre Jesús en el camino.

Cómo empezar juntos:

• Ponte al día semanalmente: Establece una hora cada semana para reunirte en persona o hacer una llamada. Utiliza este tiempo para compartir y reflexionar sobre lo que has leído. Elige tu estilo: puedes leer los pasajes por tu cuenta y discutirlos cuando os reunáis, o leer el plan juntos durante un café o reunión.

Qué hacer cada vez que te reúnas:

• Leer: Toma turnos para leer los pasajes juntos o por tu propia cuenta durante la semana. Relatar: Resume la historia con tus propias palabras, enfocándote en los detalles clave. Reflexionar: Comparte lo que te llamó la atención. ¿Qué revelan estas historias sobre Jesús y las personas involucradas? Relacionar: Discute cómo estas historias se conectan con tu vida o desafían tus perspectivas. Usa las Preguntas para Reflexión para guiar tu conversación.

Este simple ritmo hace que sea fácil mantenerse conectado, crecer juntos y profundizar en lo que estás aprendiendo

Comencemos con dos historias que revelan cómo Jesús interactuaba con las personas en los márgenes.

En Mateo 20, dos hombres ciegos llaman a Jesús mientras Él pasaba, “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!” A pesar de que la multitud intentaba silenciarlos, ellos persistían, sus voces se elevaban con una fe desesperada. Jesús, en lugar de ignorarlos como esperaba la multitud, se detiene, se vuelve hacia ellos y muestra una profunda compasión. Los sana, devolviéndoles la vista en un acto milagroso de bondad. En ese momento, llamar a Jesús el “Hijo de David” no era solo un título, era una declaración audaz de que Jesús era el Rey esperado, el que los profetas habían prometido que traería esperanza y sanidad. Esta declaración, hecha por los hombres ciegos, revela su confianza en Él. Mientras tanto, el intento de la multitud por silenciarlos destaca cómo la sociedad a menudo desconsideraba a los marginados, asumiendo que su sufrimiento era una forma de castigo por el pecado. Pero la respuesta de Jesús muestra una verdad diferente: Él ve y valora a todos, especialmente a aquellos a quienes la sociedad pasa por alto o empuja a un lado

En Marcos 1, un hombre con lepra, considerado impuro, aislado y rechazado por la sociedad, se acerca a Jesús, pidiendo ser limpiado. En ese momento, los leprosos eran obligados a vivir en aislamiento, a anunciar su impureza a los demás y eran tratados como parias. Pero Jesús no duda. Él extiende la mano y toca al hombre, un acto que desafía tanto las normas culturales como religiosas del día. Al hacerlo, Jesús se habría vuelto ceremonialmente impuro, algo completamente inaceptable para un Rabino en ese contexto, donde la pureza y la separación de la impureza eran muy valoradas. Sin embargo, en lugar de contaminarse, el toque de Jesús trae sanidad y restauración. No solo sana la enfermedad física del hombre, sino que también restaura su dignidad y su lugar en la comunidad. La disposición de Jesús de tocar lo intocable demuestra Su amor radical y Su deseo de romper las barreras que nos dividen, mostrando que nadie está más allá de Su cuidado y compasión.

A través de estas historias, comenzamos a ver a Jesús no como una figura distante, sino como alguien que busca activamente a los marginados, valora a quienes la sociedad suele ignorar y ofrece sanidad y restauración de maneras que desafían nuestra comprensión de valor y pertenencia.

Preguntas para Reflexión

1. ¿Qué revelan estas historias sobre Jesús?
2. ¿Cómo desafían o afirman tu visión de la humanidad?
3. ¿Puedes ver alguna conexión entre estas historias y tu propia vida?

Al explorar estas historias, podrías descubrir verdades sorprendentes, no solo sobre Jesús sino también sobre ti mismo y el mundo que te rodea. ¡Comencemos este viaje juntos!