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«Resoluciones comprometidas»Muestra

«Resoluciones comprometidas»

DÍA 5 DE 7

 «Confianza de hacer lo bueno»

La rebelión de Absalón en gran parte fue cosecha del pecado del mismo David. No tenemos que describir las muchas y muy obvias faltas de David. Para los propósitos de este estudio, hemos de concluir que tal respuesta sólo puede provenir de los labios de un hombre supremamente confiado. Además, podemos ver que su confianza específicamente es en el Señor. David no es ni arrogante ni está acobardado: está confiado.


Cuando una persona insegura se ve atacada, se derrumba. Se torna amargada, deshecha, enojada, abatida; todo menos confiada. Tener confianza no significa que uno va a responder con un insulto o un comentario sagaz. La confianza es saber qué responder conforme a la voluntad de Dios. La relación íntima que David tenía con Dios a través de las Escrituras, le dio ese tipo de confianza.


Pedro tenía una idea muy similar en mente cuando escribió: «…estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia…». 


David cometió pecados, todos los cometemos. Sin embargo, él era un hombre confiado en conocer la diferencia entre lo bueno y lo malo. Y, siempre y cuando su corazón estuviera recién sumergido en la Palabra de Dios, tenía confianza en que haría lo bueno.


Las personas inseguras frecuentemente hacen lo malo, porque fácilmente son víctima de la influencia de otros. Se preocupan de lo que los demás pensarán, o dirán o harán. Son esclavos de la opinión pública y la presión de sus semejantes y nunca llegan a desarrollar la confianza necesaria para sencillamente hacer lo que Dios desea, a pesar de las consecuencias. Si usted carece de esta confianza, su única vía de escape de este tipo de esclavitud es sumergirse en el Libro de libros para que pueda ser controlado por el Rey de reyes.


Este era el combustible, que alimentaba la capacidad que David tenía, de hacer lo bueno. Después de haber pecado con Betsabé, el profeta Natán lo confrontó directamente. Todo hombre peca, pero sólo un hombre confiado puede hacer lo que David hizo. David reconoció su pecado, lo confesó, y arregló las cosas delante de Dios y delante de los hombres. Eso se llama confianza.


José es un excelente ejemplo de un hombre confiado. En Génesis 39, José se ve constantemente presionado por la esposa de Potifar, quien deseaba seducirlo. Ella se abalanzó sobre él, un día que su esposo no se encontraba en casa. Nadie se habría enterado. José tuvo suficiente confianza, como para sencillamente, huir de la casa. Comprendió que Dios lo estaba viendo, y eso le bastaba. Él tenía la confianza suficiente para hacer lo bueno, aun si nadie más se enteraba.

 

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Acerca de este Plan

«Resoluciones comprometidas»

David no pide nada del Señor sin antes comprender que existe la necesidad de compromiso por su parte. Dispersados en los versículos 41 a 48 del Salmo 119, hallamos algunos vistazos de las decisiones que David había hecho en su corazón respecto a la Palabra de Dios. Te invito a conocerlas y apropiarte de ellas para tu vida también. 

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Nos gustaría agradecer a Jeff Adams en convenio con el Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.visitgraceway.org www.elcentronetwork.com