«Resoluciones comprometidas»Muestra
«Confianza de andar en libertad»
Otra forma de esclavitud que ata al individuo inseguro de sí mismo, es ser controlado por sus propios temores, remordimientos y dudas. Cuando somos inseguros, nos dejamos esclavizar por casi cualquier cosa, que a nuestros ojos parezca más fuerte que nosotros. Inclusive líderes espirituales caen en esta trampa, cuando temen causar sacudidas en las tradiciones de su organización.
La vida de David es testimonio de cómo tenía criterio propio. No temía romper el molde. Comprendió con claridad que era un hombre de Dios. Cuando, con sus hombres tuvieron hambre y el sacerdote le explicó que la única comida que tenía a la mano eran los panes de proposición del tabernáculo, David tuvo la confianza necesaria para sugerir que lo comieran. Jesús usó este ejemplo en uno de sus muchos enfrentamientos con los fariseos, para demostrar que se encontraban atados por su tradición y no comprendían el propósito de la ley.
La tendencia natural del ser humano a quedar esclavizado por este tipo de cosas, también prevalecía en los días de Pablo. La esclavitud espiritual es el punto central de su epístola a los gálatas. Habían empezado bien, pero algunos falsos maestros se habían aprovechado de su ignorancia del propósito de la ley, para llevarlos a la esclavitud.
La solución que Pablo ofrece, es instruirlos en el propósito de la ley y dirigirlos hacia la verdadera espiritualidad, como resultado de tener una relación íntima con Dios y con su Palabra. A esto se llama andar en el Espíritu; andar en libertad. No importa qué cosa le haya esclavizado, la presión de los demás, la tradición, el temor o su pecado, usted hallará libertad si pide a Dios que le dé la gracia de hacer la Palabra y hablar la Palabra.
Las personas inseguras se intimidan con facilidad. Se paralizan cuando están ante la presencia de personajes con autoridad, personas famosas o aquellos que son más ricos, más inteligentes o más grandes que ellos. No tienen el valor de expresar lo que sienten. Se alejan diciéndose a sí mismos lo que debieron haber dicho. ¿Siente usted esto? David nunca lo sintió.
Aun en su juventud, David no se dejó intimidar por un gigante. Luego, sirvió en la corte de Saúl y fue objeto de sus celos, aunque era poderoso, inteligente y físicamente imponente, Saúl era inseguro. Bajo el ataque constante de Saúl, y ungido rey por Samuel, David nunca perdió la compostura. Tenía una profundidad, que Saúl nunca llegó a comprender, era esa relación con la Palabra de Dios. Venció sus problemas y nos dejó un testimonio eterno de gloria.
Acerca de este Plan
David no pide nada del Señor sin antes comprender que existe la necesidad de compromiso por su parte. Dispersados en los versículos 41 a 48 del Salmo 119, hallamos algunos vistazos de las decisiones que David había hecho en su corazón respecto a la Palabra de Dios. Te invito a conocerlas y apropiarte de ellas para tu vida también.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Adams en convenio con el Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.visitgraceway.org www.elcentronetwork.com