Los Juegos Olímpicos de Invierno y la BibliaMuestra

Versículo de Nuevo Testamento Ayuda a David Booth a Hacer Frente a Conmoción Cerebral Severa

Hay un nivel natural de conmoción que sucede cuando un jugador de hockey es golpeado por sorpresa por un oponente. Pero ese sentimiento suele desvanecerse rápidamente. Después de todo, ser golpeado duro es solo otra parte del juego.

Pero para David Booth, el golpe brutal en la cabeza que sufrió por parte del centro de los Flyers de Filadelfia, Mike Richards, el 24 de octubre de 2009, fue diferente. Booth, que entonces jugaba para los Panthers de Florida fue dejado inconsciente y cayó violentamente de bruces al hielo implacable. Después de varios momentos atemorizantes, finalmente recuperó el sentido y fue finalmente sacado de la pista en una camilla. No le tomó mucho tiempo al médico del equipo diagnosticar a Booth con una severa conmoción cerebral.

«Lo que siguió fue un camino sumamente difícil —escribió Booth en un artículo para Hockey Ministries International—. Cuando eres una persona activa, detener todo para recuperarte en casa durante treinta días se siente aburrido y todo un desperdicio. Incluso sentía que mi vida y mi carrera nunca serían las mismas después de este incidente».

Fue entonces que Booth recurrió a un pasaje del Nuevo Testamento para ayudarlo a tratar con la incertidumbre que ahora enfrentaba.

«Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí. Por eso me complazco en las debilidades, en insultos (maltratos), en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo, porque cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Corintios 12:9-10).

Mientras estuvo sentado cuarenta y cinco juegos para recuperarse, los expertos y los fans seguían hablando acerca de la jugada que sigue siendo considerada uno de los peores golpes en la historia de la NHL. Para empeorar las cosas, le costó la oportunidad de jugar para el Equipo de los EE.UU. en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010 en Vancouver. 

Booth, mientras tanto, se mantuvo volviendo a ese pasaje en 2 Corintios.

«Después de la lesión, quedé lo más débil que he estado desde el momento en que empecé a patinar —añadió Booth—. No nos enorgullecemos de nuestras debilidades. Nos enorgullecemos de ser mejores que los demás. No obstante, ahora me puedo jactar sabiendo que el plan perfecto de Dios se desarrolló en mi vida. Tuve que depender de Él para mi fuerza emocional y física. Él fue y es mi fuente de alegría. Mi valor está basado en su Palabra, y no en la idea del mundo del valor personal».