Los Juegos Olímpicos de Invierno y la BibliaMuestra

Versículo del Nuevo Testamento Inspira a Elana Meyers-Taylor Para ser un Tipo Diferente de Atleta

Elana Meyers-Taylor siempre quiso ser una atleta olímpica. Intentó con los deportes tradicionales como el softball, el béisbol, el fútbol y el atletismo. Nunca se imaginó que su boleto a la gloria atlética sería en el bobsled.

Desde que emergió a la escena internacional en 2007, Meyers-Taylor ha hecho de compartir versículos bíblicos con otros una parte regular de su rutina. Por ejemplo, al competir durante la temporada 2017-2018, simplemente tuiteó: «El hierro con hierro se afila» que proviene de Proverbios 27:17.

Meyers-Taylor también participó en el libro de la Fellowship of Christian Athletes (FCA) «Heart of a Competitor» [El corazón de un competidor] como escritora invitada para una meditación. Su historia estaba basada en Mateo 22:37-39, la cual, escribió, la había desafiado a tomar una perspectiva única de la competencia, incluso de los que compiten bajo el amparo de otra bandera.

«Jesús contestó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”» (Mateo 22:37-39, NTV).

«Para mí, eso significa amar a todos dentro de mi deporte; incluso a los atletas alemanes y canadienses contra los que compito —dijo Meyers-Taylor—. Algunas veces, ese amor es expresado por medio de una actitud generosa. Si uno de los competidores necesita equipo o ayuda con un problema, voy a hacer lo que pueda por ellos, sin importar en qué equipo estén. No es fácil. Es muy difícil mostrarle ese tipo de amor a los demás, pero al final del día, eso es lo que he sido llamada a hacer».

Esa mentalidad no ha evitado que sea exitosa en la pista. El 15 de noviembre de 2014, se unió a la atleta de bobsled canadiense, Katie Humphries, como una de las primeras mujeres en competir al lado de hombres en una competencia internacional. Meyers-Taylor también ha ganado cuatro campeonatos mundiales y dos medallas olímpicas.

«Ser una atleta olímpica es uno de los mayores privilegios que puedo imaginar —añadió Meyers-Taylor—. Pero he aprendido que mi propósito es mucho más alto que representar a mi país como una atleta de élite. He aprendido que estoy en este planeta para servir a Dios, y solo puedo hacer eso si lo amo a Él y amo a los demás».