Saca provecho a la profecía Muestra

Ingenuidad espiritual de la gente

En la segunda Epístola donde se hace referencia a la apostasía, a aquel «hombre de pecado» que se sentará en el templo judío restaurado declarando él mismo ser Dios, y a la destrucción del «hombre de pecado» por la gloriosa venida de Cristo, Pablo declara «¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?» Ciertamente no podríamos desear evidencia más clara que ésta para sustentar la verdad de que tanto Cristo como Pablo le asignaban un lugar primordial al entendimiento correcto de la profecía. No hay autorización aquí para que un maestro sea llevado por la moda del momento en asuntos de verdad profética, ni hay permiso alguno para que el ser humano haga caso omiso del campo de la revelación profética».

El estudio detallado de la profecía, resuelve el problema de la ignorancia de la Palabra de Dios y construye también una barricada contra el embate constante de falsas enseñanzas de las muchas sectas y cultos que han invadido al cristianismo de nuestros días. David Breese, nos dice en su libro, «The Marks of a Cult»: «La razón principal del éxito de los cultos es la ingenuidad espiritual de la gente». Hay demasiados cristianos que se contentan con un conocimiento superficial de la Palabra de Dios, creyéndose espiritualmente inteligentes. Pero nada más lejos de la verdad. 

El cristiano debe dedicarse a un estudio detallado de las Escrituras y entender la Biblia desde un punto de vista doctrinal. Al pensar en el tremendo beneficio que provee la profecía en relación con las Escrituras, son muy apropiadas las palabras de Pablo a Timoteo: «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad». 

El servicio a Dios y el problema de la inactividad. El siguiente beneficio que nos da el estudio correcto de la profecía bíblica es que corrige el problema de la falta de actividad en la obra de Dios. Al estudiar las grandes profecías de la venida de nuestro Señor Jesucristo, somos movidos a la acción. El estudio de la profecía no debería producir un espíritu de división o de letargo sino uno lleno de dinamismo que resulte en servicio a nuestro Señor. Algunos de los más grandes movimientos evangelísticos y misioneros de los últimos siglos nacieron de grandes conferencias sobre temas proféticos que motivaron a los participantes a compartir su fe y hacer resonar el mensaje de la venida de Cristo.