Noqueado en el décimo roundMuestra

Su poder

Plaga 9: Tinieblas

En este momento, Faraón cae en cuenta de que Dios tiene presencia en Egipto y que su providencia está marcando una diferencia entre su pueblo y los egipcios; no obstante, no cambia de opinión. Esta vez Moisés no le advierte a Faraón lo que Dios está a punto de hacer. Las tinieblas serían tan densas, que el dios sol egipcio Re, quedaría sepultado en ellas. Así que Moisés extendió su mano hacia el cielo, y una oscuridad total cubrió todo Egipto durante tres días. No quedó ni un brillo de luz, como si Dios estuviera diciendo: «Adelante, Sr. dios sol egipcio; veamos lo que tienes». Y Re no tenía nada para competir con el poder de Dios. 

Este apagón fue un tiro directo al corazón de los dioses egipcios, de los cuales Re se consideraba el jefe, y Faraón su representante. Con las tinieblas, peores que el apagón de la ciudad de Nueva York, Re fue revelado como falso. Por lo tanto, Faraón llamó a Moisés y le dijo: «Vayan, sirvan al Señor. Solo que sus ovejas y sus vacas se queden aquí. Aun sus pequeños pueden ir con ustedes». Pero Moisés no aceptó su propuesta. ¿No está empezando Faraón a lucir desesperado? ¡Es un negociador sin nada qué negociar, pero sigue tratando de hacer tratos con Dios! (por supuesto que tú y yo jamás haríamos algo tan fútil y tonto, ¿verdad?). No se nos dice si Moisés oró para que la luz fuera restaurada en Egipto después de tres días de tinieblas, pero se nos dice que los israelitas nunca estuvieron a oscuras.

Como creyentes en Cristo, es la voluntad de Dios que brillemos. En Mateo leemos: «Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos». El poder de Dios brillando a través de su vida lo distingue. Lo más atractivo de una mujer piadosa no se puede comprar en el mostrador de cosméticos del centro comercial; es una luz brillante en su mirada. Un hombre de respeto no se crea por medio de logros, sino de un carácter que refleja resplandecientemente la luz de Cristo. Cuando le permitimos al poder de Dios tener el control, somos como un edificio con electricidad en medio de las tinieblas, ahora todos pueden ver lo fuerte que la luz de Dios brilla en nuestra vida.