Panorama de la oración: Pablo a los tesalonicenses, parte 1Ejemplo

La fe, el amor y la esperanza

En el versículo 3 del primer capítulo, Pablo deja ver la necesidad de dar siempre gracias a Dios por los hermanos, y agrega «como es propio, por cuanto la fe de ustedes crece abundantemente, y el amor de todos y cada uno abunda para con el otro». Hemos subrayado el hecho que la estructura básica de la vida genuina en Cristo consta de fe, amor y esperanza. Esta vida no tiene su origen en la capacidad del ser natural de los creyentes, sino en la fusión de todo lo que Dios es en ellos. 

Además llevan tal vida, una ejemplar, mediante su sacrificio de amor hacia su Señor, quien los amó y se dio a sí mismo por ellos, y hacia los miembros de su cuerpo, a quienes Él redimió por medio de su muerte en amor. Esta vida perdura y permanece inmutable por el poder de la esperanza con la cual, los creyentes aguardan con anhelo a su amado Señor, para gozar de su reino eterno.

En el versículo 4, Pablo continua diciendo: «Tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de todos ustedes entre las iglesias de Dios, por su ejemplar perseverancia y fe en todas las persecuciones y tribulaciones que soportan». La perseverancia mencionada en este versículo, provenía de la esperanza en el regreso del Señor. La perseverancia fundada en la esperanza, va siempre acompañada de fe; de ahí la expresión «su perseverancia y fe». En las persecuciones y tribulaciones, se necesita tanto la perseverancia, como la fe.

La perseverancia se apoya en la esperanza y la esperanza se apoya en la fe, la fe se fundamenta en lo que entiende y conoce de la Palabra de Dios, ya que la fe es certeza y convicción, es decir, la fe conoce. Esta fe, nace por el oír la Palabra de Dios, pero oír no de manera física o terrenal, sino con mucha atención y entendimiento.