La gran aventura de confiar en DiosMuestra
Aprende a confiar en Dios
La persona que haya tomado la determinación de confiar en Dios tiene que aprender a hacerlo. Le tomará tiempo y esfuerzo. Se aprende a través de muchas pruebas y equivocaciones, caídas y bastante práctica.
El escritor de esta canción ha captado el concepto:
«Aprender a apoyarse,
Aprender a apoyarse,
estoy aprendiendo a apoyarme en Jesús.
Encuentro un poder que jamás imaginé,
Estoy aprendiendo a apoyarme en Jesús»
El secreto está en aprender. La mayor parte del problema está en olvidar lo que hemos aprendido. No solo se nos ha enseñado a confiar en otros, en nuestro equipo y en nosotros mismos, sino que hemos aprendido conceptos distorsionados de Dios. Se nos ha enseñado, de manera subjetiva más que objetiva, que no podemos confiar totalmente en Dios para todo. Tal vez Dios pueda manejar las cosas grandes, tal como el fin del mundo o el resultado final del bien y del mal, pero cuando se trata de cosa pequeñas, como la provisión de dinero para vivir, no nos sentimos seguros de depositar en Él nuestra confianza.
Eunice Pike, trabajó durante 40 años con los indígenas mazatecas en el suroeste de México. Durante este tiempo descubrió algunas cosas interesantes sobre esta bella gente. Por ejemplo, rara vez estos indígenas le desean prosperidad a alguien. Aún más, se abstienen de enseñar cosas a otros o de compartir el Evangelio entre ellos. Si se le pregunta al panadero: «¿quién le enseñó a hacer el pan?», sencillamente contestará: «sé cómo hacerlo», queriendo significar que ha adquirido el conocimiento sin la ayuda de nadie.
Eunice dice que este extraño comportamiento se deriva del concepto indígena de la «limitación del bien». Creen que solo existe una determinada cantidad de bondad, de conocimiento y de amor. Enseñar a alguien significa que podrías tener que despojarte de conocimiento. Amar a un segundo hijo significa que se debe amar menos al primero. Desearle a alguien «un buen día», quiere decir que se ha dado algo de la felicidad propia que no es recuperable.
Muchos cristianos piensan igual. Confían en Dios, pero en lo profundo de su corazón creen que Él no es un recurso ilimitado. Cierto que creen que Dios es el dueño de todo el ganado que pasta en las miles de colinas, pero sospechan que el rebaño puede acabarse. Al fin y al cabo, todavía hay muchos que comen carne. Temen que las riquezas que se encuentran en las arcas del Señor son limitadas. Si regalan lo que hay en ellas, pronto se acabarán. Quieren confiar, pero piensan que Dios es como el hombre: tacaño, indiferente y que sus recursos obviamente tienen límites. Que su amor bondadoso, su misericordia y su deseo de perdonar, para no mencionar su habilidad de satisfacer nuestras necesidades, son limitadas. Si lo presionamos mucho, tal vez nos de una cachetada. Por lo tanto, debemos mantener cierta discreción al hablar con Él y al no demostrarle nuestra confianza. ¡Qué equivocación!
Escrituras
Acerca de este Plan
Debemos tener presente que aunque la vida se base en el factor confianza, no podemos confiar en la confianza. Nos decepcionaremos y tal vez saldremos heridos. Hemos aprendido a no confiar en la publicidad, pues los anunciantes que tienen intereses creados, nos mentirían con tal de que comprásemos sus productos. ¿Cómo confiaremos en Dios?
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Nos gustaría agradecer a Bernie May de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://theseedcompany.org y https://elcentronetwork.com