La gran aventura de confiar en DiosMuestra

Dios usa personas dispuestas a confiar en Él

Las necesidades de las diversas divisiones de Traductores Bíblicos Wycliffe, sumaban más de ocho millones de dólares en ese entonces. Algunas peticiones eran urgentes y llevaban varios años en espera. En medio de ese contexto, llegó la solicitud de Thangi. Yo hubiera podido pasar por alto la solicitud de 33,000 dólares hecha por Indonesia para comprar un generador de energía eléctrica para la base de Danau Bira. También podía pasar por alto la necesidad de buscar el dinero para comprar un avión nuevo para reemplazar el que se había estrellado en Sudamérica. Pero hacer esto era confiar en mí mismo, y yo creía que Dios me estaba pidiendo que confiara en Él.

Así que no pude dar un tratamiento especial a Thangi, pero dije, si Dios quiere que ella se inscriba en la universidad esta semana, confiemos en que Él encontrará los fondos necesarios. Haré dos cosas al respecto: oraré y si alguien me dice que tiene 1,000 dólares para donar para el entrenamiento de un traductor nacional, enviaré el dinero a Thangi.

Dos días después, fui a casa de unos amigos Henry y Marcia Stuart, y Henry me dice: «Bernie, me alegro que hayas parado aquí. He estado pensando en el trabajo que realizan los Traductores Bíblicos Wycliffe. Me parece que deben buscar traductores nacionales cristianos y comenzar a entrenarlos con el fin de que colaboren en la traducción de la Biblia. Si alguna vez encuentras a alguien así, me gustaría donar 1,000 dólares para ayudar con su educación». Comencé a reírme. «Déjame que te cuente la historia de Thangi». Cuando hube terminado de contarla, Marcia ya había traído la chequera y yo tenía el dinero en la mano; esta pareja tenía algo del dinero de Dios en los bolsillos, y confiaron en su dirección para que les indicara dónde quería invertir ese dinero y ellos obedecieron. Todos confiamos en Dios, y Él respondió.

No hay forma que el hombre coordine una situación como esta. Pero Dios tiene un plan para cada vida. Detrás de todo plan hay un propósito, y para cada plan y propósito hay una amplia provisión. Todo lo que Dios necesita son personas que estén dispuestas a confiar en Él y no en su propia inteligencia.