Personas LibresEjemplo

Cuando eras pequeño, tu voz favorita probablemente era de alguien cercano a ti; como un padre, una tía, tu abuelo o tal vez incluso una niñera favorita o un hermano mayor. Quienquiera que fuese, cuando hablaban, tú escuchabas y probablemente intentabas obedecer. Pero a medida que envejecemos, a veces dejamos de escuchar esas voces importantes en nuestras vidas y, en su lugar, prestamos atención a las voces e influencias que nos rodean. Aunque no hay nada malo en eso en apariencia, Moisés nos recuerda en el versículo de hoy que para ser verdaderamente libres, todavía debemos obedecer a la autoridad. Y no solo cualquier autoridad, sino la autoridad del Dios que nos ama y que quiere ayudarnos a vivir libres. La verdadera libertad viene cuando obedecemos a Aquel que nos ama por encima de todo lo demás. Esta semana, inclínate a la voz de Dios orando y pidiéndole que te ayude a escuchar su dirección sobre los demás a tu alrededor.